jueves, 23 de mayo de 2019

Un mes y medio de silencio,,,, !Escuchémonos!


No paramos. Corremos. Vamos, venimos... Mil proyectos personales y profesionales. Mil papeles llenos de letras, mil documentos en el ordenador. Pensamos que somos sólidos y que siempre será así, pero nuestro cuerpo empieza a quejarse. Dice "descansa", pero no le escuchamos. Dice: "cambia las prioridades" y nosotros miramos al infinito, y seguimos sin escuchar, y aún llenamos más la agenda, y convertimos la siguiente comida en un... total, por un día, que se suma a muchos otros días. Escuchamos todos, mientras nuestro cuerpo no sabe cómo llegar a nosotros. Y seguimos llenando la agenda hasta que él dice basta. El mes de abril fue de descanso forzoso para acabar el Miércoles Santo en parada total en el Hospital Clínico de Barcelona. Tres semanas sin coger un bolígrafo, un libro, un nada... imposible! Actividad física 0, actividad intelectual 0, por imperativo médico.

Ya vuelvo a estar, poco a poco, en marcha. Me ha costado pero vuelvo a escribir. Es un documento de voluntades, de querer priorizar lo que es importante y no olvidarme de mí. Me gustaría escuchar mi cuerpo pero no tengo costumbre. Está claro que sin él no voy a ninguna parte y tendré que cuidarlo porque sigo con mil planes pero sé (antes también sabía pero no ejercía) que deberé priorizar, de hacer una vida saludable porque sin el cuerpo no voy a ninguna parte.

Este Sant Jordi lo he visto desde la ventana del Hospital y soy de las que les gusta vivir las fiestas en la plaza. No he visto las amapolas en los campos desde el tren, pero sé que están ahí.

Todas las historias de la planta del hospital me hablaban de cambio, pero eran historias de otros, la mía la tengo que escribir yo. Empezó siendo un cambio impuesto al inicio y ahora se trata de un cambio querido (qué remedio). Cambio en forma de mejora personal, de escuchar mi cuerpo, de ordenarme ... de poner los que amo en primer lugar, de agradecer a aquellos que forman parte de mi vida y ahora no nos vemos - porque la vida da muchas vueltas- . Sí, es el momento de coger el teléfono y tomar un café descafeinado por los viejos y bellos tiempos.

Volvemos progresivamente a la vida. A lo que llamamos la vida normal. Poco a poco pero con paso firme, sin querer hacer más de lo que se puede. Este tiempo es de regalo... lo sabré aprovechar? Estoy segura que sí, porque esta vez creo que he aprendido la lección.

Sé que algunos estabais preocupados porque de golpe había desaparecido del mapa, no contestaba. Ahora, lo peor ya ha pasado. Poco a poco volverá una normalidad más tranquila, con menos viajes... una nueva normalidad que todavía estoy esbozando... Y ya sabéis... "cuando veas las barbas de tu vecino pelar, pon las tuyas a remojar". ¿Cómo estáis vosotros? ¿Escucháis a vuestro cuerpo? ¿Priorizáis? No esperéis a que haya un imperativo médico... para vivir.