lunes, 11 de octubre de 2021

Repasamos o avanzamos?

Hay alumnos de altas capacidades que cuando empieza el curso ya tienen todos o muchos de los conocimientos que verán en los próximos diez meses. Por lo tanto, desde el primer día viven en una repetición constante.


Si los alumnos son políticamente correctos y no demandantes pueden no decir nada e intentarán trabajar lo mejor posible. Algunos, incluso, esconderán lo que saben. Pero esto no quiere decir que en la escuela estemos cubriendo sus necesidades.


Otros alumnos, con mentalidad positiva, dicen que ahora están repasando pero pronto entrarán en materia y ya no se les hará tan pesado. Seguimos en la línea de esconderse y esperar tiempos mejores que si no somos capaces de mover pieza nunca llegarán.


Uno de los chicos de Tercero de ESO coincidía con uno de Quinto de Primaria, y me decían que no podían entender por qué muchos profesores hacían preguntas o proponían trabajos de los cuales ya sabían la respuesta. Ellos creían que tenían que ir más allá y dar respuesta a preguntas de la cual no supieran la respuesta porque si no es así, qué gracia tiene? En un estadio inicial en el cual empezamos a conocer la realidad y poner nombre a las cosas es normal, pero después hace falta un cambio.


Otro chico, hablando del trabajo de investigación de Bachillerato, me decía que quería trabajar sobre algo realmente interesante y que mejorara la vida de la gente. Cuando las cosas que trabajamos en la escuela tienen un efecto sobre la realidad cobran sentido.


Para muchos de ellos, grandes y pequeños, su realidad escolar es como el día de la Marmota. No avanzan, solo repiten. Pero... podemos cambiar esto en la escuela?


Lo primero que podemos hacer como docentes es observar y escuchar. Nos sirve para todos, pero si tenemos alumnos identificados es imprescindible. Con esto, lo que hacemos es crear vínculo con el alumno. Que note que le queremos escuchar, queremos saber como está y que necesita. No sabemos si le podremos dar lo que necesita pero necesitamos saber cuáles son sus necesidades. Muy a menudo nos encontramos con niños y jóvenes a quienes nunca nadie ha hecho estas preguntas y no saben responder. O los que quieren complacer al adulto que piensan qué es lo que quiere escuchar su interlocutor. O como dijo una niña: “si mi maestra ha estudiado para enseñar y además me quiere, cómo le tengo que decir qué necesito... ella me dará lo que me conviene”. Podría tener toda la razón, pero a veces la maestra no está al caso, o no conoce sus necesidades, o no sabe que las puede atender y le da “café para todos”.


Hay maestros y docentes que, quiero pensar que sin querer, guían a sus alumnos en una dirección concreta. Otros dan estrategias y permiten que vayan avanzando.


El pensamiento convergente y divergente no son excluyentes, en el contrario los tenemos que trabajar los dos. Sabemos que cuando levantamos el vuelo a partir del que conocemos, podemos conseguir maneras diferentes de trabajar, sobre todo más creativas.


En las situaciones de aprendizaje es donde se pueden ofrecer varias posibilidades y no quedarnos con las actividades repetitivas. Necesitamos actividades que les impulsen, que representen retos para ellos... En un próximo post veremos algunas posibilidades.




martes, 5 de octubre de 2021

Las altas capacidades en la escuela y en el instituto

Ya tenemos las escuelas en marcha. Cuando hablamos de vacaciones parece que hablamos de un pasado muy lejano porque todos ya hemos "vuelto a la normalidad".

Este curso ya hemos superado la locura de indicaciones de pandemia del curso pasado. Hay un montón de cosas que se han quedado desde la entrada y salida escalonada hasta la bondad de los grupos burbuja; y que hay un punto más de flexibilidad (cosa que muchos de nuestros niños y niñas agradecen).

Sin embargo, a pesar de las vacunas y los protocolos, sigue habiendo alumnos de riesgo, profesores de riesgo, familias de riesgo. Y empieza a haber algún grupo confinado... Se deben tener en cuenta tantas variables que siempre encontraremos alguien descontento. De hecho ya dicen que no llueve nunca a gusto de todos.

Y en todo este gran lío del sistema aparecen las necesidades de los alumnos. La gran diversidad que tenemos en las aulas. En la gran mayoría de centros ya hace muchos años que se trabaja la parte de abajo de la diversidad. La parte de los alumnos que tienen dificultades para aprender por motivos físicos, psíquicos o sociales. Pero desde hace unos años han empezado a aparecer alumnos que forman parte de la diversidad en el alta. Niños y jóvenes con altas capacidades, identificadas o no, que podrían estar en la franja alta de la clase y no siempre lo consiguen porque a menudo en clase tienen que esperar, repetir... y pierden las ganas, la ilusión y la curiosidad. Se van apagando y algunos de ellos pueden llegar la fracaso escolar. Algunos no llegan a tener el Graduado Escolar teniendo la capacidad para hacer Bachillerato y después dos grados a la vez. Otros son políticamente correctos, y como que no hacen ruido, tampoco están atendidos pero ellos se autoabastecen y avanzando en el sistema por disciplina personal, por la autoridad de la familia, porque tienen un objetivo claro, o por mil motivos diferentes...

Por todo ello, a pesar del tiempo complejo en que vivimos, creo que es momento de hablar de altas capacidades. Me pongo a disposición de los equipos directivos de la escuela pública, privada o concertada para hablar de altas capacidades. Ahora es el momento para que en paralelo al resto de actividades de la escuela / del instituto, que son muchas, hablemos con alguien de altas capacidades. El claustro y los alumnos lo agradecerán...

Cuando este fin de semana una familia me ha contado que opinan que no hay nada que hacer en la escuela y que la solución que han encontrado es empoderar a su hijo y darle recursos para que lo que hace en la escuela no le haga daño, se me ha roto el corazón. No! Evidentemente debemos empoderar porque no siempre encontrarán calor o la mejor atención posible, pero la solución no es trabajar sólo con él o ella. La escuela tiene que hacer su parte.

Necesitamos sensibilización y formación en este ámbito porque si no, sin querer, promocionamos que se escondan y que esta desatención les acabe pasando factura. No es tan difícil. Podemos acompañar...

Si quereis que hablemos escribidme a atencioaltescapacitats@gmail.com Soy Silvia Llucià, pedagoga, fui directora de la Escuela Menéndez Pidal de Barcelona, ​​donde hice todos los papeles hasta su cierre en 2012. A partir de ese momento me he dedicado única y exclusivamente a las altas capacidades haciendo formación; seguimiento a alumnos, familias y centros escolares; predetecció de altas capacidades y actividades extraescolares específicas de fin de semana. Mi ámbito de acción es todo Cataluña y ahora podemos ampliar online. Quedo a vuestra disposición.

Todos los lunes y jueves del curso podéis encontrar entradas nuevas para docentes o familias en el bloque: atencioaltescapacitats.blogspot.com