lunes, 28 de septiembre de 2020

Hay un Plan B?

 

Ya llevamos dos semanas de clase. Ya se apagó la ilusión inicial y todos hemos entrado en la normalidad.

Una normalidad diferente que pasa por las mascarillas, las distancias, los grupos cerrados (cuando se puede), las indicaciones para movernos por la escuela o el instituto, el limpiar la mesa cuando nos marchamos, el llevar el material por duplicado porque no nos podemos dejar los lápices o bolis entre nosotros… pero a todo esto ya nos vamos acostumbrando, aunque , a veces, los niños y jóvenes de altas capacidades sean críticos con algunas medidas ( hablaremos de ello en otro post).  

Ya tenemos en marcha las asignaturas, materias o ambientes… y ya tenemos niños y jóvenes que empiezan a expresar en casa su descontento con su tarea diaria en la escuela o el instituto. Cuando dicen que se aburren en clase quieren decir que ya conocen lo que se está explicando en clase, o que es nuevo pero lo entendieron a la primera y por lo tanto todas las demás explicaciones ya son repeticiones. También pueden querer decir que el ritmo es lento, o que hay muchas interrupciones que no permiten avanzar… Por lo tanto lo primero que “piden”,  sin pedirlo, es que se atiendan sus necesidades y tengamos un Plan B.

A menudo no nos pueden explicar lo que saben porque no son conscientes de ello. Sólo cuando lo oyen son capaces de decir: “¡Ah! ¿era esto?” Por lo tanto, poco podemos hacer desde fuera mas que pasarles la pelota a su tejado. Por esto aconsejo hablar con ellos en tutorías personalizadas y cuándo ellos crean conveniente pueden pedir permiso visual al maestro para iniciar otra tarea y escuchar la clase como quien escucha la radio. Y ¿qué tareas puede hacer? Algunos profesores escriben en un lado de la pizarra los ejercicios que propondrá para practicar la teoría que está explicando para el final de la clase o para casa. Así ellos los pueden ir haciendo. Ésta es la versión más sencilla que no requiere de una preparación especial. Se pueden añadir más ejercicios, pero o más de lo mismo, sino por ejemplo los ejercicios de ampliación que podemos encontrar en los libros de texto. Otra posibilidad es que tengan un pequeño dossier para ir haciendo ejercicios de ampliación, de profundización, ejercicios de pensar, de relacionar, actividades más creativas… que puedan hacer solos o en parejas porque el resto de la clase deben seguir las explicaciones.  

Este Plan B debería aplicarse a la franja alta de clase. No a un alumno solo, porque no buscamos la diferenciación sino la atención de la diferencia al alta. En este grupo encontraremos los alumnos de alto rendimiento, los de altas capacidades y alto rendimiento, y los que lo pueden ser. (hablaremos de este grupo en otro post)

Una de las materias en las que encontramos grandes diferencias es el inglés como lengua extranjera. Algunos alumnos ya saben lo que ese está explicando en clase (por facilidad, porque hacen inglés como actividad extraescolar, porque son nativos, porque siempre han aprovechado las clases…). Les podemos proponer la lectura de libros o de textos para hacer comprensión lectora, trabajos de redacción o para inferir la gramática, o de ampliación de vocabulario específico…

Es igual que estén en Infantil o en Bachillerato la esencia es la misma. La manera de abordarlo será distinta, pero imprescindible para todos ellos. Empecemos por hablar con ellos en tutorías personalizadas y escuchémosles. Tal vez al principio les cuesta hablar, pero en cuanto vayan cogiendo confianza y vean que estamos en su equipo, todo será más sencillo.



viernes, 25 de septiembre de 2020

Identificación con impedimentos

 

Algunas veces nos encontramos con alumnos que no consiguen la identificación porque hay quien decide que otros diagnósticos pasan por delante. Esta es la historia de E.

 

Hace unos días empezamos las pruebas de identificación de E. Cuando me vio una sonrisa inmensa se dibujó en su cara. No me abrazó, porque ahora no se puede, y me dijo: “Hace nueve años que espero este día. Hace nueve años que me dicen que hay que trabajar primero el Asperger, y después ya veremos si tengo altas capacidades”.


Llevo con él desde Cuarto de Primaria. Cuando llegué teníamos una gran etiqueta de Asperger y un WISC que no llegaba a 130 que nadie miraba. Hemos luchado mucho pero el freno de mano estaba puesto. Se descartaron las altas capacidades pero la maestra en el aula, de vez en cuando, le daba cosas interesantes (con palabras de E): ejercicios más complejos, ejercicios de pensar…  pero eran como elementos sin conexión, sin sistematización, sin evaluación. Todo el esfuerzo de los adultos se lo llevaba el Asperger y sus problemas de relación. Él tenía buena relación con los adultos, con los maestros y con los compañeros dentro del aula: les prestaba los materiales si los necesitaban, trabajaba con ellos en parejas o en grupo aunque apareciesen dificultades… Todos sabían que E era inteligente y buen compañero, pero no amigo. Su relación con los compañeros era buena pero muy superficial. Siempre ha sido selectivo. No le gustan los niños que hacen tonterías ni los que quieren llamar la atención, prefiere los más tranquilos pero no acaba de encajar con nadie. En la hora del patio prefería estar en clase hablando con la maestra, leyendo o tocando la flauta. Y no hay cosa que preocupe más a una maestra que un niño solo en el patio. No se preguntaban qué quería él, aunque entonces tampoco lo hubiera sabido explicar con palabras. Debía relacionarse. Le proponían a alumnos que jugasen con él pero no funcionaba. En Quinto llegaron al pacto de que tres veces por semana debía salir al patio y estar con los otros niños. Y salió y los miraba como jugaban pero no se relacionaba. La consigna cambió: salir, estar y relacionarse con los niños. Pero ni él se esforzaba, ni los otros niños tampoco. No pasaba de un momento puntual cuando la maestra miraba…  Y fue pasando el tiempo. Él se iba apagando. Se aburría en clase, cumplía pero no le brillaban los ojos. No tenía ganas de destacar ni de ser todavía más distinto.


En paralelo iba creciendo una madre preocupada porque su hijo no era feliz. No era como los demás. Con sus iguales estaba bien pero no era suficiente, ni lo invitaban a las fiestas de cumpleaños ni él les quería invitar. Los fines de semana cuando se encontraban en un parque con otros niños se integraba o no, sí era muy selectivo. E no era el alma de la fiesta pero le veías sonreir. Si se encontraba con adultos era uno más, escuchaba atentamente y daba su opinión. En este entorno no se sentía aislado si notaba que le escuchaban era feliz, sino marchaba. Pero los técnicos seguían hablando de Asperger sin ser conscientes de que hay características de Asperger y de Altas Capacidades que en algunos niños pueden solaparse.


Por fin llegó una actividad que lo cambiaría todo. En Primero de ESO empezó con el futbol. Era muy mayor para empezar un deporte de equipo. Era mayor para ser un principiante rodeado de chicos que llevan muchas horas chutando la pelota. Pero el entrenador vio en él algo más que unos toques de principiante y le dijo: “Chico, tal vez has llegado tarde para el juego de equipo pero serás un gran entrenador. Eres observador, reconoces las tácticas, sabes por qué hacemos las cosas, qué hay detrás de un ejercicio, eres educado y sabrás tratar a los niños…” Y la temporada siguiente empezó de segundo entrenador de un equipo de benjamines.

 

Hemos empezado las pruebas de identificación y le he acompañado a la psicóloga y mientras esperábamos me ha dicho: “Espero no coger el Covid-19, porque de rebote entre relaciones directas e indirectas tendrían que confinarse un montón de gente: de su clase, de la optativa de francés, de su equipo, del equipo que lleva de benjamines, del club  -porque él habla con todo el mundo- y sus familias… un montón de gente” y ahora la gran sonrisa ha sido la mía.

 

Este curso, por fin, alguien ha dicho que aunque tiene algunos rasgos Asperger, no se puede clasificar como tal. Por fin, en Tercero de ESO se abre la puerta a hacer de nuevo la identificación de altas capacidades. Nos ponemos de nuevo en marcha e intentaremos tener la identificación terminada el día 30 de septiembre, porque si las pruebas así lo indican pueda solicitar la beca de altas capacidades que no ha podido solicitar hasta ahora. Pero el tema de les becas, ¿mejor lo tratamos otro día, no?



lunes, 7 de septiembre de 2020

Actividades extraescolares (Familias)


Hablar de actividades extraescolares en algunos ambientes equivale a aparcar los hijos después del tiempo escolar. La diferencia entre el tiempo escolar y el tiempo laboral de las familias. Pero no es el caso de las familias con hijos de altas capacidades. Hay niños que escogen ellos las extraescolares, en otros casos hay actividades no negociables, en otros se les pide la responsabilidad de que si empiezan una actividad no la concluyan antes de, como mínimo, el final del trimestre. Como siempre, nos referimos a un colectivo muy heterogéneo en el que encontramos situaciones muy diversas:

- niños y jóvenes que quieren hacer mil extraescolares. Todo les interesa. Les faltan días para realizar todas las actividades en las que están interesados. Deben priorizar. La logística, el horario, las prioridades hay que marcarlas siempre desde la perspectiva del adulto, aunque siempre hay que escuchar al niño o al joven. El bolsillo, las prioridades familiares, sus intereses y la logística deben marcar lo que se le propone.

- niños o jóvenes que no quieren hacer actividades extraescolares al uso. Afirman que necesitan su tiempo y que durante todo el día ya están siguiendo indicaciones. Algunos son absolutamente autodidactas y gozan buscando y encontrando, o utilizan las posibilidades de la red para aprender japonés en cursos gratuitos, conectar con un adulto especialista del tema de su interés, cocinar platos tradicionales o dibujar manga. Necesitan su tiempo y no se aburren. Este grupo son los que se organizan las extraescolares en casa y llevan su propio tempo.

- familias que tienen claro que hay que complementar el trabajo que se realiza en la escuela. Algunas familias creen que el inglés es imprescindible e innegociable. Para otras lo innegociable es hacer deporte (de equipo o no, por salud, para moverse). Otras familias parten de las habilidades de los niños priorizando la música, la plástica o un deporte determinado. En este grupo tenemos los que hacen extraescolares partiendo de la prioridad de los adultos, que suele coincidir con los niños, de verdad o por imperativo legal ( * caso real: yo haría otras actividades pero en mi casa la piscina y el inglés son innegociables. Por eso me organizo y añado lo que me gusta como extraescolares o por libre...)

- si entramos en los deportes, la casuística es muy extensa. Algunos hacen deportes de equipo (futbol, balonmano, hockey...) y la experiencia nos dice que muchos son porteros o porteras. Es una manera especial de hacer deportes de equipo. Los porteros son un grupo aparte,  tanto en el entrenamiento como en el juego. Otros practican deportes más individuales: tenis, patinaje, atletismo, bicicleta de montaña, gimnástica artística, ciclismo... que pueden tener una faceta de equipo pero que son fundamentalmente individuales. Los hay que prefieren funcionar por libre, sobre todo si son mayores. Salen a correr o en bicicleta con la familia o con los amigos de manera regular, juegan a paddle, hacen escalada... pero de una manera no regulada. Ya veis que hay para todos los gustos.

- para unos pocos es entrenar muy duro en deportes de competición a nivel casi profesional, sea en deportes más conocidos o minoritarios. Esto supone muchas horas antes de la escuela, al mediodía o por la tarde. Hay nadadores que empiezan a las seis de la mañana en la piscina cada día. Hay futbolistas que entrenan cada día de lunes a viernes en horario de tarde-noche combinando la parte más física y la más específica del deporte.

- para algunos, extraescolares es sinónimo de arte o de comunicación: pintura, escultura, diseño, manualidades, cocina, teatro, escritura, creación literaria... nuevamente de los más estructurados a los más  autodidactas.

- para otros es sinónimo de música. Cuando es de manera reglada, a través del Conservatorio, se convierte en un estudio a menudo más duro que la propia escuela. Para otros es sólo aprender a tocar canciones sin entrar en el mundo abstracto y repetitivo del solfeo y de la teoría...

- Los hay que se decantan por la robótica o la informática de programación en centres especialitzados u on line. Algunos llegan hasta el 3D o la programación de videojuegos...

Muchas actividades extraescolares representan para los niños y jóvenes de altas capacidades la libertad, la entrada en el mundo de sus intereses, cosa que no ocurre en la escuela. Representa la intensidad que la escuela no le aporta.

También podemos hablar de actividades específicas de altas capacidades. Las encontramos en diferentes ciudades: en Barcelona el Programa Atlàntida de Atenció a les Altes Capacitats, en el Centro Keppler; en Sevilla el Centro Cadis; en la ciudad de Cádiz, Talentum... Algunos de ellos son entre semana o de fin de semana y trabajan los conocimientos al alta, actividades de inteligencia emocional para los niños y jóvenes; y actividades de Escuela de Padres para las familias.

El tema de las extraescolares da mucho juego....




jueves, 3 de septiembre de 2020

Preparemos la vuelta al cole (Padres)

Ya ha empezado el mes de septiembre. Vuestros hijos son muy intensos y estamos en un momento clave del verano. Estamos a punto de volver a la “normalidad” con mascarillas, lavados de manos, distancias de seguridad, grupos de referencia… después de un largo periodo sin escuela formal y después de las vacaciones. En casa, podemos hacer muchas cosas para preparar la “rentrée”. La vuelta al cole no debe ser vivido como el final de la buena vida y la vuelta a “la tortura”. Si es así, hay que trabajar cómo vive el niño o joven la escuela o el instituto. El centro escolar es un lugar dónde deberían ir contentos por lo que se les propone, por lo que aprenden y por las relaciones que se entablan. Deben ir contentos como todos los niños y jóvenes. Los centros docentes deben ser muy positivos y posibilitantes porque allí pasarán muchos años y será dónde pondrán la base a sus conocimientos y relaciones sociales.  

- Los más previsores dejaron las compras hechas: libros, uniformes, batas... para otros será trabajo de esta semana. 

- Hay que poner los relojes biológicos en hora. Las vacaciones permiten una relajación en los horarios que hay que volver a poner en marcha. Nos acostaremos y levantaremos a un horario muy parecido al que tendremos con el inicio escolar. Nos vamos preparando y así empezaremos más despiertos el curso.

- Sería fantástico, si es posible, hacer una visita a la escuela o al instituto. Así conoceremos al tutor o tutora del curso que empezaremos. Llamad y preguntad la posibilidad. Aparece en el post anterior dirigido a los profesores. Puede ser breve pero suele ser muy efectiva. Suele ayudar a bajar la tensión de los que son especialistas en esperar problemas donde no los hay pero que viven la posibilidad con gran intensidad. Puede ser el inicio de la vinculación tutor/alumno. A algunos profesores los conocen de vista pero la relación de tutoría es distinta. Este vínculo es importante para todos los niños pero para los alumnos de altas capacidades es esencial. Si es posible lo solicitaremos presencial pero si no es viable podemos hacer una pequeña videoconferencia. Este primer contacto puede ser breve pero ellos lo agradecen mucho. 

- Algunos deberán terminar de ajustar alguna extraescolar… en esto cada alumno es un mundo: Los hay que quisieran hacer muchísimas extraescolares, otros que no quieren hacer ninguna porque necesitan tiempo para ellos y son más autodidactas. Hay familias en las que el inglés o la natación son innegociables, otras que las combinan con el ballet, el futbol, el hiphop, el ajedrez o la robótica… en este apartado el bolsillo, los horarios laborales de los padres, los abuelos, las canguros o los hermanos convierten la logística en un arte.

- Hay que preparar también todos los enseres personales, y ponernos a punto por dentro y por fuera. El juego de las expectativas es importante. Nuevamente encontramos una gran diversidad que va desde los que no quieren hablar del tema hasta los que necesitan todos los detalles para mentalizarse. Con todos ellos debemos hacer un trabajo extra como padres: con unos para ayudarles a planificar y con los otros porque hay que recordarles que no todo depende de ellos, no lo pueden controlar todo.

- La última noche para algunos es la más difícil. Llega por fin el momento esperado o el que no quieran que llegara. Si siempre es necesaria la comunicación y tener un tiempo para los hijos, esta noche es esencial. Si todo está  a punto será más fácil llegar al primer día de clase. 

Cuándo los volvamos a encontrar después del primer día hay que respirar hondo y no hacerles un tercer grado, ni bombardearlos con preguntas. Es el primer día y sólo el primer día. Tendremos muchos días para mejorar una mala impresión o para reafirmar una buena impresión. Recordad que no sólo se hace desde la escuela o desde el instituto. ¡Empecemos entre todos un buen curso!