Ya llevamos dos semanas de clase.
Ya se apagó la ilusión inicial y todos hemos entrado en la normalidad.
Una normalidad diferente que pasa
por las mascarillas, las distancias, los grupos cerrados (cuando se puede), las
indicaciones para movernos por la escuela o el instituto, el limpiar la mesa
cuando nos marchamos, el llevar el material por duplicado porque no nos podemos
dejar los lápices o bolis entre nosotros… pero a todo esto ya nos vamos
acostumbrando, aunque , a veces, los niños y jóvenes de altas capacidades sean
críticos con algunas medidas ( hablaremos de ello en otro post).
Ya tenemos en marcha las
asignaturas, materias o ambientes… y ya tenemos niños y jóvenes que empiezan a
expresar en casa su descontento con su tarea diaria en la escuela o el
instituto. Cuando dicen que se aburren en clase quieren decir que ya conocen lo
que se está explicando en clase, o que es nuevo pero lo entendieron a la
primera y por lo tanto todas las demás explicaciones ya son repeticiones.
También pueden querer decir que el ritmo es lento, o que hay muchas
interrupciones que no permiten avanzar… Por lo tanto lo primero que “piden”, sin pedirlo, es que se atiendan sus
necesidades y tengamos un Plan B.
A menudo no nos pueden explicar
lo que saben porque no son conscientes de ello. Sólo cuando lo oyen son capaces
de decir: “¡Ah! ¿era esto?” Por lo tanto, poco podemos hacer desde fuera mas
que pasarles la pelota a su tejado. Por esto aconsejo hablar con ellos en
tutorías personalizadas y cuándo ellos crean conveniente pueden pedir permiso
visual al maestro para iniciar otra tarea y escuchar la clase como quien
escucha la radio. Y ¿qué tareas puede hacer? Algunos profesores escriben en un
lado de la pizarra los ejercicios que propondrá para practicar la teoría que
está explicando para el final de la clase o para casa. Así ellos los pueden ir
haciendo. Ésta es la versión más sencilla que no requiere de una preparación
especial. Se pueden añadir más ejercicios, pero o más de lo mismo, sino por
ejemplo los ejercicios de ampliación que podemos encontrar en los libros de
texto. Otra posibilidad es que tengan un pequeño dossier para ir haciendo
ejercicios de ampliación, de profundización, ejercicios de pensar, de
relacionar, actividades más creativas… que puedan hacer solos o en parejas
porque el resto de la clase deben seguir las explicaciones.
Este Plan B debería aplicarse a la
franja alta de clase. No a un alumno solo, porque no buscamos la diferenciación
sino la atención de la diferencia al alta. En este grupo encontraremos los
alumnos de alto rendimiento, los de altas capacidades y alto rendimiento, y los
que lo pueden ser. (hablaremos de este grupo en otro post)
Una de las materias en las que
encontramos grandes diferencias es el inglés como lengua extranjera. Algunos
alumnos ya saben lo que ese está explicando en clase (por facilidad, porque
hacen inglés como actividad extraescolar, porque son nativos, porque siempre
han aprovechado las clases…). Les podemos proponer la lectura de libros o de
textos para hacer comprensión lectora, trabajos de redacción o para inferir la
gramática, o de ampliación de vocabulario específico…
Es igual que estén en Infantil o en
Bachillerato la esencia es la misma. La manera de abordarlo será distinta, pero
imprescindible para todos ellos. Empecemos por hablar con ellos en tutorías
personalizadas y escuchémosles. Tal vez al principio les cuesta hablar, pero en
cuanto vayan cogiendo confianza y vean que estamos en su equipo, todo será más
sencillo.