Las pantallas han venido para quedarse y no sirve hacer la comparación con el “nosotros a su edad” porque nada es igual. Pero esto nos da una visión de adultos por lo que sabemos que hay que ser cuidadosos en "a qué destinamos nuestro tiempo y nuestras energías". Durante el curso parece que todo va más controlado, pero cuando llega el verano... en muchos casos puede empezar la relajación.
Para el uso
de las pantallas puede ser un tiempo especialmente peligroso porque es muy
fácil hacer un mal uso o un abuso sin darnos cuenta. Si para los adultos puede convertirse
en un problema, para los niños y jóvenes aún más, porque a menudo no son
capaces de ver el peligro que suponen las pantallas por sí mismas y por lo que
no podemos hacer ya que estamos con ellas.
Esta
situación no afecta únicamente a niños y jóvenes de altas capacidades. Pero sí
es verdad que éstos tienen algunas características que pueden hacerles más
permeables a las adicciones a las pantallas des de la curiosidad extrema a la
rigidez de pensamiento e dificultad de cambiar de actividad o cerrar el
programa; las dificultades con las órdenes, normas o la autoridad cuando van en
contra de lo que creen, piensan o les conviene...; la intensidad que les hace
entrar de lleno en algunos juegos o actividades...
Por eso hay
que empezar cuanto antes en la educación en el uso de las pantallas. Está claro
que la solución no es prohibir ni bloquear; en un principio y esperamos que no
sea necesario.
Algunas de
las ideas que aparecen en este post están basadas en el libro “El privilegio de
vivir con un adolescente” de Sonia López. Algunos dirán que sus hijos todavía
no están en edad adolescente pero en cambio, hay momentos en que se comportan
como tales. Los niños y jóvenes de altas capacidades suelen empezar esta etapa
mucho antes que sus "iguales".
Entremos en
materia y veamos algunas cosas que podemos hacer los padres con nuestros hijos
por un uso sano y racional de la tecnología.
Una gran
profesional, Anna Ramis, habla de las pantallas de entre 0 y 3 años. Ella y los
profesionales con los que trabaja tienen claro que en la franja del nacimiento
a los tres años de pantallas, nada. Os recomiendo sus conferencias y su libro “De
0 a 3, ¿de pantallas nada?”.
Cuando
tenemos niños mayores que comienzan con las pantallas, o para aquellos que ya
hace tiempo que han empezado. Está claro que debemos limitar el tiempo de uso
de las pantallas. El uso puede ser bueno, pero el abuso seguro que es malo. Hay
que evitar el abuso. Existen medios técnicos de control del tiempo. A nadie nos
gusta que nos limiten, pero es necesario. A menudo podemos llegar a acuerdos.
Es muy
interesante, también, conocer a los youtubers e influencers que les gustan a
nuestros hijos. Quizás no son los que nos gustarían pero les podemos acompañar,
mostrar a otros, seguir a los suyos...
Sin duda, también
podemos ser modelos de uso. De hecho, lo somos aunque no queramos. ¿Cómo lo
hacemos nosotros? ¿Pegados al móvil? Podemos mostrarles cómo vivimos cuando
estamos empatallados y también cómo disfrutamos, y mucho, haciendo actividades
sin pantallas o sin estar conectados.
Deberíamos
evitar usar pantallas para reducir el estrés, calmar el enfado o gestionar la
frustración. Debemos identificar y gestionar las emociones fuera de las
pantallas. Ser capaces de manejar correctamente las emociones. Recordad que nos
ven siempre. Somos modelos.
En casa
podemos crear zonas libres de tecnología. Los teléfonos pueden dormir y
cargarse en el comedor porque no deberían entrar en las habitaciones. (Si lo
hacemos desde el inicio es más fácil, si no, también es posible porque es mejor
para la salud, y porque lo hacemos todos). A la hora de comer o cenar también
pueden ser un momento libre de móviles.
Por último
es muy importante tener claro el por qué hacemos las cosas. En este caso podría
ser tener claro qué significa abuso, qué
significa un uso incorrecto, cuáles son los peligros en las redes tanto por la
privacidad como por la seguridad. Nuestros niños y jóvenes necesitan saber el
por qué. Podemos explicarles o buscar con ellos estos peligros según las
edades...
Debemos
contar con su responsabilidad. No podremos estar siempre, y ellos deben valerse
por ellos mismos. También sabéis, algunos padres por experiencia, qué tenerlos
en contra puede ser aún mucho más agotador...
Las pantallas han venido para quedarse. ¡Las podemos gestionar durante todo el año y también durante las vacaciones!