martes, 24 de marzo de 2015

La evaluación de los niños con altas capacidades


Hablar de la evaluación con los maestros suele ser difícil, pero cuando los sujetos de la evaluación son los niños de altas capacidades todo es mucho más complicado.

Qué valoramos ... ¿lo que saben? ¿Lo que nos muestran con los trabajos de clase? ¿Su implicación (a veces poca o nula ) en las tareas escolares? ¿Su letra y presentación (tan a menudo muy mejorable)? ¿Su curiosidad infinita acallada en el silencio del aula?

Ciertamente no es fácil. La primera pregunta que deberíamos hacernos se refiere al objeto de la evaluación:  qué queremos valorar. Valoraremos... ¿ lo que es o lo que nos muestran?

Hablamos a menudo de la importancia de la formación de los maestros en altas capacidades pero no es suficiente saber en qué consisten las altas capacidades. Hay que saber cómo llevarlas dentro de un aula y ésto no es nada fácil. Nuestras aulas son muy diversas y sabemos que la diversidad es riqueza pero a la vez es dificultad. Y además muchos maestros tienen grabado a fuego el principio de igualdad en el que la justicia es "sui generis" porque no se trata de dar a cada uno lo que necesita sino en la forma de recibir de todos los mismo para hacer una evaluación "justa" . Es muy gráfico el chiste de evaluar la capacidad de subir a los árboles de diferentes animales incluido un pececillo en su pecera. Somos capaces de ver lo absurdo en este hecho y que el mono será la estrella pero que hay otros entre ellos el hermoso pez que ni repitiéndolo cien veces llegarían a subir al árbol.


Y ... ¿qué hacemos con la evaluación. Estas semanas todos los maestros han estado poniendo notas y muchos saben que tienen un problema gordo. No encaja lo que les dice la cabeza y el corazón. No encaja lo que ven y lo que querrían ver. A menudo lo acabaremos con unas frases a mano porque el programa no permite toda flexibilidad que necesitamos. Como en los icebergs hay mucho, mucho más de lo que vemos. Nuestro trabajo es ayudar a que salga a la luz todo lo que hay. Se debe hacer una reflexión seria sobre el trabajo en el aula de estos niños y niñas. Realmente, ¿están haciendo lo que necesitan?