lunes, 27 de marzo de 2023

Preparamos las Vacaciones de Semana Santa (altas capacidades) (Familias)

 

Se acercan las vacaciones. En unos días tendremos un cambio de rutinas. En muchos casos se repartirán en dos tiempos. El fin de semana y los días festivos del calendario laboral y los días en los cuales los niños y jóvenes tienen fiesta pero los adultos de casa no.

 

El tiempo de vacaciones puede ser un tiempo cargado de expectativas, pero que si no somos capaces de prepararlo bien, los días pasarán volando y nos dejarán un rastro de frustración por no haber podido hacer aquello que queríamos.

 

Por lo tanto, la primera propuesta es hacer un listado de todo lo que querríamos hacer. Cada elemento de la familia hará su listado. Si son muy pequeños, los podemos acompañar. En un segundo paso, ordenaremos estas actividades por prioridades poniendo en los primeros lugares aquellas que no nos querríamos perder y al final aquellas actividades que si tenemos que posponerlas no representaría ningún problema.

 

¿Qué actividades podemos poner? Cocinar, leer, hacer deporte, aprender algo diferente, hacer trabajos manuales, ir a visitar algo o alguna persona, actividades religiosas... pero también descansar, pasear, jugar, disfrutar de la naturaleza o de la ciudad...

 

Una vez los niños, jóvenes y padres de la casa han hecho su listado es el momento de ponerlo en común. Aquí entran algunos condicionantes: el tiempo real, las prácticas religiosas propias de este tiempo litúrgico (si la familia las tiene incorporadas a su estilo de vida, si son una tradición o un motivo de conocimiento en un viaje o visita), las posibilidades económicas, otras obligaciones (atención de familiares, trabajos...)...

 

Y finalmente, llega el momento de ser creativos y ayudar a encajar los proyectos personales y los familiares. Aquí la edad de los niños, la tradición de compartir opiniones y llegar a acuerdos, la conciencia de la situación familiar (de trabajo, de responsabilidad sobre la familia extensa, también el área económica), la flexibilidad o rigidez de todos son cosas a tener en cuenta.

 

Si no lo habéis hecho nunca, puede ir bien que cada cual programe su tiempo personal y hacemos algún planteamiento común o de familia, habiendo escuchado a todo el mundo.

 

Poner las actividades en un calendario puede parecer exagerado, pero es una buena manera de conseguir ver de manera gráfica que todo el mundo tiene su momento personal y su momento de grupo. También durante las vacaciones nos permite ver si hemos podido seguir la previsión o si hemos tenido que hacer cambios o incluso desestimar algunas actividades por razones internas o externas a nuestro plan personal y familiar. La previsión de pasar un día en la naturaleza combinado con un día de lluvia hace que tengamos que tomar decisiones: mantenemos, cambiamos, aplazamos, anulamos o, modificamos y hacemos el picnic en el comedor de casa. Tomar estas decisiones y observarlas, también nos ayudará en el momento de hacer la valoración de cómo ha ido el proceso de preparar y hacer vacaciones con este nuevo estilo.

 

Esta previsión horaria tiene que ser flexibilizable. Permitir que entren algunos elementos que la desmonten porque son más importantes, urgentes, de peso... pero bastante firme para que no la dejamos evaporar por bagatelas (un sencillo: ahora no me apetece, prefiero descansar o dormir, me da pereza...).

 

Esta manera de encarar las vacaciones no es de fácil gestión. Requiere mucho respeto por parte de todos los miembros de la familia y valorar si realmente nuestra imposición en un momento es realmente imprescindible o podemos valorarlo y posponerlo dándole otro encaje o directamente eliminando la actividad, de momento. Es un gran ejercicio de respeto hacia un mismo y hacia los demás miembros de la familia; un gran ejercicio de comunicación y de flexibilidad para todos.

A partir de aquí puede surgir la reflexión de qué hay realmente detrás de hacer las cosas "como siempre" y si queremos realmente hacer cosas diferentes.

 

Todos queremos un cambio a mejor, pero no todo el mundo está dispuesto a hacer cambios para conseguirlo. Nuestras vacaciones de Semana Santa del 2023 pueden ser un punto de inflexión. Se puede convertir en un momento de entrenamiento, y sería bueno que fuera un entrenamiento consciente a pesar de la tierna edad de alguno de los miembros de nuestra familia. Nos permitirá empezar a ser algo más conscientes de que hay cosas que nos pasan, pero el más importante es, qué hacemos nosotros con estas cosas que nos pasan. Cómo somos capaces de liderar nuestras vidas en los aspectos en los que lo podemos hacer. Es una muy buena manera de trabajar el "toca negociable" y el "toca no negociable". Esta estructura es perfectamente comprensible para el cerebro de nuestros niños y niñas o jóvenes de altas capacidades. Otro tema es que estén dispuestos a hacerlo. Puede ser un muy buen entrenamiento consciente.

 

Os deseo una buena preparación de las vacaciones, una buena vivencia de vacaciones y una mejor evaluación de las vacaciones con el apartado de qué podemos mejorar para las próximas vacaciones...

 

¿Os gusta la idea? ¿Queréis poner manos a la obra?