jueves, 26 de mayo de 2022

Recogiendo los frutos (Padres y Docentes)


En este momento los alumnos de Segundo de Bachillerato ya tienen los resultados finales y algunos de ellos han obtenido la máxima calificación: Matrícula de Honor.

En un mes, la prensa nos presentará a alguno de ellos como aquellos alumnos que han obtenido un 14 en la Selectividad. Algunos de ellos tendrán un año o dos menos que sus compañeros. Son alumnos que han sido acelerados uno o dos cursos. Otros estarán en el curso que les corresponde por edad. Hablamos de algunos alumnos de altas capacidades que han llegado a obtener resultados excelentes.

Lo primero que hay que recordar es que no todos los alumnos con buenos resultados tienen altas capacidades. Las altas capacidades son una manera de aprender y de percibir el mundo, no son la obtención de unos resultados. Pero si un niño de altas capacidades (con superdotación o talento académico) está muy trabajado; tiene como objetivo los buenos resultados, está dispuesto a hacer el que hace falta para obtenerlos y lo hace; puede obtener unos resultados excelentes. Tampoco todos los alumnos de altas capacidades llegan a obtener resultados excelentes. Tienen la posibilidad, pero no llevan el kit de los conocimientos ni de los procedimientos para llegar a ellos.

Pero... ¿todos los alumnos de altas capacidades tienen que llegar a esta excelencia en los resultados? Nuevamente tendremos que poner la lupa en cada caso, pero sabemos que vitalmente buscan el conocimiento, pueden ser muy persistentes y necesitan desplegar sus capacidades para sentirse bien. Con esta base, creo que les deberíamos permitir tener la posibilidad de obtener buenos resultados que les abra puertas y ventanas para tomar las decisiones que quieran. (las reiteraciones son voluntarias para dar fuerza a las ideas). No todos tienen que ir a la NASA, pero si quieren ir, tienen que poder hacerlo. Las altas capacidades no garantizan el éxito, sólo lo posibilitan. Después hay que hacer una serie de cosas que les permitan obtener buenos resultados en todas las áreas, no sólo en las áreas de sus intereses.

Si tienen la capacidad, los que les acompañamos tenemos la obligación moral de ponerles en una situación que les permita obtener los mejores resultados. Esto no significa claudicar ante un sistema que muchas veces les da la espalda. Es contar con el sistema para conseguir sus objetivos (aunque éstos estén poco definidos a lo largo del viaje). La obtención de muy buenos resultados en todas las materias dificulta la elección de estudios a algunos alumnos. Otros lo tienen claro desde siempre; o a partir de encontrarse con una realidad concreta, o con un hecho, o persona que les implique en una causa.

Nuestra función es acompañarles y ponerles en el camino. Que no pierdan posibilidades, que las puedan aprovechar todas, y que lo hagan desde el camino más adecuado para ellos. Si podemos empezar desde pequeños tenemos muchas más posibilidades, porque a menudo necesitan su tiempo para hacer suyo estos mensajes y contar con ellos mismos. Cuando identificamos a algunos alumnos nos encontramos que tienen el autoconcepto muy malogrado por la incomprensión interna y externa que han sufrido y que hay que restaurar. El tiempo de la escolarización obligatoria nos permite trabajar en esta línea y dejarles preparados para que cuando la acaben tengan aquellas puertas y ventanas abiertas para hacer una buena elección. Aquella elección que les permita continuar siendo ellos mismos, continuar creciendo y desarrollando sus capacidades.

A menudo decimos que la tarea de los docentes es labrar, sembrar, acompañar el crecimiento, sacar las malas hierbas, podar, poner tutores para que crezcan de manera adecuada... pero no nos llega el momento de cosechar, de segar… otros lo harán. Ahora, al final del Bachillerato, confirmamos si hasta ahora el proceso ha sido el correcto y les permite seguir adelante en las mejores condiciones posibles. No se trata únicamente de haber trabajado la parte cognitiva sino también la parte social y emocional, porque la persona conforma un todo. El objetivo de inicio era que fueran la mejor versión de ellos mismos y que como sean no les haga daño, combinado con el despliegue de sus capacidades. Este no es un objetivo que acabe con el Segundo de Bachillerato, es para toda la vida. Irá cambiando la manera pero el objetivo seguirá allí. Cada cual a su estilo. Cada cual con su red.

Hoy hablamos del final en la escuela o el instituto, a pesar de que queda la preparación por la Selectividad. Ya ha empezado la cuenta atrás para dejar aquel lugar donde han estado pocos o muchos años y que ya tienen muy conocido. Algunos tienen muchas ganas de cambiar, de marchar... otros ha hecho vínculos firmes y les costará salir de aquel ambiente tan familiar... cada cual es cada cual, y ellos además con toda su intensidad. Se cierra una etapa y se abre una de nueva. Ya no está marcado el siguiente paso y esto para algunos es fantástico y otros lo viven  con cierto sufrimiento… ¡bienvenidos al mundo de los adultos!

A todos los que habéis llegado y a todos los que lo habéis hecho posible (familia y docentes desde Infantil hasta ahora): ¡Muchas felicidades! Habéis hecho muy buen trabajo y seguro que el cómputo global es excelente, pero en el cómputo diario hemos encontrado de todo (¡es la vida!). Llegamos al último esfuerzo de esta etapa. El trabajo importante ya está hecho. Sólo falta poner la cereza que coronará el pastel. Es vuestro momento. Disfrutad también de esta parte del camino.




lunes, 23 de mayo de 2022

¿Cómo podemos afrontar la poca tolerancia a la frustración? (Padres y Docentes)

 Esta es una de las preocupaciones más importantes entre las familias que tienen hijos con altas capacidades: la manera de afrontar el error, el fracaso y la frustración. Encontramos tres grandes grupos cuando hablamos de enfrentar esta situación (el segundo y lo tercero los dividimos en dos grupos):

 

a.- los que les da tanto miedo que ni lo intentan.

b.- los que se quedan paralizados ante el error.

c.- los que cuando se cruzan con él usan la negación o la fuga.

d.- los que el error les impulsa a mejorar

e.- los que el error les impulsa a mejorar y hasta que no lo consiguen no paran.

 

Vamos a hacer propuestas para trabajar estas situaciones. Os proponemos que habléis con ellos con calma, fuera de la situación en la que vemos su afectación. Hablaremos con su cerebro que nos entiende siempre y le propondremos posibilidades. A partir de aquí su cabeza y él se tendrán que poner de acuerdo y tendrá que elegir como hacerlo y poner manos a la obra. Como no pueden dejar de pensar, lo aprovechamos. Nuestras propuestas y su análisis serán buena leña para quemar en este horno que no para. Tendrán que hacer suyas estas ideas y elegir las soluciones que vean posibles y que se ajusten más a su estilo.

 

a.- Para los que no lo intentan. Les podemos explicar la historia de Edison con la bombilla. Dicen que la vivió como “encontrar muchas maneras de no hacer una bombilla” hasta que en la última lo consiguió. Plantear el error como compañero del éxito. Pensar qué hubiera pasado si hubiera abandonado antes (a la primera, a la tercera, a la última antes del éxito).El fracaso es necesario porque es la manera de avanzar. Pero en nuestra cultura no tenemos tradición de valorarlo. En los Estados Unidos, por el contrario, está muy bien valorado porque cuando alguien intenta nuevas cosas, aunque no acierte está en un camino de mejora que le hará crecer a él y a la disciplina en la que trabaja. A partir de aquí, necesitamos tiempo porque lo tiene que “digerir”. En un segundo momento podemos hablar de qué haremos cuando nos encontramos en situaciones de error o fracaso.

b.- La primera sugerencia también sirve para los que se quedan paralizados. A menudo está muy mediatizado por las opiniones de los otros. Creen que los compañeros reirán si se equivocan. Están pendientes de las miradas de los otros. Habitualmente sus resultados son muy buenos y creen que no se lo pueden permitir. Hay que reforzar su autoconcepto y a la vez trabajar el grupo.

c.- Para los que muestran rechazo, negación o fuga hay que acompañarlos a encajarlo. No es culpa de los otros, ni estaba mal planteado, ni hay muchos que también lo han hecho mal... Debe responsabilizarse de sus respuestas y si hay que pedir disculpas, encajar y recomenzar; se hace. Algunos creen que es más quién más grita o quien más espacio ocupa, pero ni es cierto (quizás en un primer momento, sí), ni es bueno (nunca), pero esto no quiere decir que hayamos de permitir que los otros se abalancen sobre él. El portazo no es la solución.

d y e.- Quienes se enganchan al error para llegar a su superación también pueden presentar un problema porque se puede convertir en una obsesión que hace que nunca estén contentos. Siempre quieren más. Verdad que parecían los buenos? Pues, sólo lo son cuando tienen medida, cuando saben parar...

 

Quizás podemos empezar con pequeños retos en espacio seguro, a casa. Y, a medida que los vaya superando podemos afrontar retos en entorno abierto en los que él pueda analizando la situación y tomando medidas.

Los errores y fracasos son inherentes en la vida. Cuando aprendemos que están allá, aprendemos también que no nos deberían descolocar. Hay que aprender a analizar las situaciones para poderlas afrontar. No se trata de sacar las piedras del camino, sino de identificarlas para poder decidir qué haremos: sortearlas, bordearlas, saltarlas... ellos tienen que encontrar su manera de afrontarlas.



jueves, 19 de mayo de 2022

El deporte y las altas capacidades (Padres y Docentes)

 

Quizás esta semana con este calor de julio el tema debería ser: “¿Nos hidratamos lo suficiente?”. Pero tenía el tema del deporte preparado y, como reflexión, me parece muy interesante.

 

Uno de los mitos de las altas capacidades intelectuales es que tienen la posibilidad de ser muy buenos en temas cognitivos pero no en las áreas que se refieren al uso del cuerpo. La educación física es la materia en la que les es más difícil destacar.

 

Es cierto que los que son más intelectuales llevan muchas horas de diferencia de pelota con sus “iguales”: tiempo libre, tiempo de patio, extraescolares... Pero esto se refiere únicamente a la falta de ejercicio o a la preferencia por otras actividades que hacen que el esfuerzo físico en ocasiones desaparezca de su agenda, si los padres no están atentos, o quede relegado a los tiempos de educación física de la escuela o del instituto.

 

Nos dicen que el movimiento es muy bueno y que la práctica deportiva continua y sistemática incide en el equilibrio de las personas de todas las edades. Con esta práctica se liberan hormonas beneficiosas para conseguir el bienestar físico y psíquico. Pero esta práctica es compleja en niños y jóvenes de altas capacidades intelectuales porque muchos de ellos han evitado el movimiento durante mucho tiempo y la diferencia con sus “iguales” es enorme.

 

Muchas veces intentar entrar en un deporte de equipo en edades avanzadas (cuando el resto del grupo lleva años practicando este deporte) es claramente contraproducente. Les faltan muchas horas “de vuelo o de pelota” para ponerse a nivel. Será el malo, no le pasarán la pelota, le recordarán todos sus errores y la falta de destreza de forma poco delicada... Pero también tenemos otros chicos que tienen suerte, como O. que empezó en el fútbol muy tarde (en 1ESO) pero que su entrenador supo ver que a pesar de que le faltaban muchas horas para ser un buen jugador tenía algo que los demás no tenían: veía los espacios y las jugadas, los patrones en los ejercicios, el por qué de los entrenamientos. Por todo ello le dijo que quizás había llegado tarde como jugador pero que sería un excelente entrenador y le propuso estar de segundo entrenador en un equipo de pequeños. Le propusieron formación como entrenador y ya hace un par de años que está de segundo entrenador en un equipo de benjamines. La posibilidad de entrenar, arbitrar o ser juez siempre está ahí.


Pero hay otras opciones que están cerradas de entrada. Los niños y jóvenes con alta sensibilidad suelen evitar la natación y otros deportes de agua por el ruido, la humedad o el bochorno que suele hacer en las piscinas cubiertas. Otros los deportes en pabellones cerrados por cuestiones de ruido (p. ej. Todos los balones botando a la vez, el público animando… no hablemos de tambores y trompetas…)


Los deportes individuales o de contacto con la naturaleza suelen ser buenas opciones. Desde el atletismo (especialmente la marcha o el cross) hasta la bicicleta de montaña pasando por la vela pueden ser buenas opciones.


También la danza (que a veces rechazan por su componente repetitivo en el momento de ensayar un espectáculo o festival) tanto en su versión clásica como el ballet, urbana como el hiphop o tradicional como el esbart, sardanas, bastoneros o bailes de gitanas, las sevillanas, las jotas o cualquier expresión folklórica...

 

El esplai, actividades de tiempo libre de fin de semana llevada por jóvenes voluntarios en Cataluña, es una versión intermedia entre el deporte y las relaciones sociales en las que el movimiento tiene una presencia importante, sin el valor competitivo, a través de los juegos y excursiones durante el fin de semana y las vacaciones.


También podríamos valorar la posibilidades de deportes conocidos como minoritarios (el tiro con arco, la esgrima, la gimnasia artística, el tenis...) o los deportes englobados en las artes marciales en los que la disciplina personal y la relación con los otros siempre están presentes.


Para otros, es mejor empezar despacio en actividades en familia como salir a andar, a correr o en bici. Solemos recomendar esta opción cuando toda la familia debe poner el ejercicio en la agenda. Vale mucho la pena, por cohesión familiar y por salud.


Tenemos otros que desde pequeños tienen el deporte integrado y son aquellos que llevan un montón de años practicando deportes y que nadie diría que tienen altas capacidades intelectuales, siguiendo con el mito que disocia el hecho cognitivo y el deportivo.


Este año con el éxito del fútbol femenino del Barça comienza la visibilidad del deporte en las niñas que requiere un post aparte.


De nuevo una gran diversidad porque este no es un punto en el que encontramos la alta capacidad pero sí podemos ver sus efectos: la persistencia en la tarea, o no; el esfuerzo, o no; la relación con el entorno y con los demás, o no...



lunes, 16 de mayo de 2022

Necesitamos parar (Padres)

 

Parar de vez en cuando, en este mundo que gira tan deprisa, es imprescindible. Los adultos parece que vamos siempre corriente: trabajo, familia... y necesitamos parar para observar qué estamos haciendo y si coincide o no con lo que queremos hacer.

 

En casa, con los hijos... realmente hacemos lo que queríamos hacer o la vida nos vive y nos encontramos haciendo o diciendo aquello que pensábamos que nunca haríamos o diríamos. ¿Tenemos la familia que queremos? ¿Qué valores la sustentan? ¿Qué valores vivimos y transmitimos? ¿Estamos donde queremos estar? Si la respuesta es NO, tenemos que hacer un golpe de timón y empezar a planificar cómo lo haremos, con lo que tenemos, para llegar donde queramos ir.

 

Desgraciadamente no podemos pedir un año sabático para poner orden. Seguramente lo tendremos que hacer mientras todo sigue girando. Por eso, siempre que sea posible, necesitamos partir de los elementos que tenemos. Os propongo hacer un análisis de una semana para identificar los puntos de mejora y ponerlos en común con la pareja. Si tenemos hijos de altas capacidades quizás también nos indica que quizás uno de los progenitores o los dos son de altas capacidades con lo que implica de intensidad, que lo hace todo más “divertido”.

 

La observación nos lleva al análisis y a la reflexión. Una observación con mirada objetiva nos mostrará en qué punto estamos realmente y no donde nos gustaría estar, sino dónde estamos. Es un baño de realidad. Cuando comparamos lo que queríamos y lo que tenemos, aparece el trabajo de planificación que podemos y queremos hacer para acercarnos a nuestro objetivo.

 

Trabajamos con material vivo (nosotros y nuestros hijos) y con las relaciones entre ellos. Por lo tanto, necesitamos afinar la escucha activa y la observación para no quedarnos con lo que queremos ver, sino al ver la realidad. Necesitamos que haya una base y un clima que permita la comunicación real y no que nos digan únicamente lo que queremos oir. No es fácil pero es apasionante. Forma parte de un estilo de vida.

 

Cuando asignamos un tiempo para la formación personal: lecturas, asistencia a Escuelas de Padres o conferencias, trabajo con un interlocutor válido... Estas actividades implican dar un tiempo y un espacio a la observación, reflexión, contacto, acción...

 

Las Escuelas Padres nos añaden información y en paralelo el tiempo de silencio en el que poder dedicarnos a nosotros y a nuestra familia. También nos aportan el contacto con otras familias con vivencias o intereses parecidos. La relación con otras familias con hijos de altas capacidades nos muestran otras maneras de hacer las cosas, de resolver temas, repensarlos y revisarlos.

 

La relación con un interlocutor válido que conoce la situación y las posibilidades sirve para favorecer las sugerencias de cómo podemos poner manos a la obra para ir de A a B.

 

Cuando tenemos niños y jóvenes de altas capacidades en casa sabemos que nos observan intensamente, nos saben leer entre líneas y a menudo absorben nuestras preocupaciones y sin querer les alteramos si no estamos en las mejores condiciones. Les contaminamos con mucha facilidad. Por eso es esencial que sus adultos de referencia estemos en las mejores condiciones posibles. Ahora es el momento, es nuestro momento y lo tenemos que aprovechar.



lunes, 9 de mayo de 2022

Una procesión infinita de profesionales (Padres y Docentes)


Hay familias que llegan a la identificación de las altas capacidades de sus hijos después de pasar por muchos profesionales que intuyeron mil otras cosas que a menudo no pudieron confirmar. Había características comunes pero no concluyentes. Hicieron un peregrinaje infinito con un desgaste personal y económico más que considerable.


Muchos empiezan valorando el movimiento, con la intuición de un TDA con hiperactividad que no acaba de consolidar. Para otros, el inicio es la dificultad de relación con unos iguales que no lo son.  Para estos la posibilidad es el trastorno de aspectro autista, hasta hace unos años Asperger.

Ésta fue la intuición de una maestra de P1 con una niña que se paseaba entre sus compañeros y no se relacionaba con ellos ni con los materiales que se le proponían. Nadie le preguntó ni a ella, ni a su mamá. Sólo se hizo una derivación para observar autismo. Nada más lejos y lo pudimos parar a tiempo. La niña preguntaba en casa "¿por qué tengo que ir a la escuela? en clase nadie habla, juegan con cosas extrañas y creo que no saben que son niños, creo que creen que son perritos porque siempre están en el suelo”. Acababa de cumplir dos años, era el mes de febrero. Pero ésta niña que hablaba por los codos en casa, en la escuela nunca dijo ni una palabra porque veía que en ese entorno la comunicación no funcionaba a través de las palabras.   

Para una familia de Ripollet este episodio duró siete años. Cuando al fin pudimos hacer la identificación de altas capacidades el mismo chico me dijo que “ya se lo decía que no era autismo pero ellos insistían...” qué pena, que muchos profesionales no contemplen la posibilidad de las altas capacidades.


Las altas capacidades son las grandes olvidadas porque, incluso entre los profesionales (psicólogos, pediatras, psiquiatras...), hay mucho desconocimiento y prejuicios o mitos que condicionan la visión. Si no hay alto rendimiento, no lo es. Si no hay dificultades de relación, no lo es. Si no hay un niño sabiondo, no lo es. Y es cierto, no son muchas de estas cosas.



En estos momentos sabemos que entre las características que identifican las altas capacidades encontramos un buen coeficiente intelectual pero... ¿y si lo que tenemos es una buena inteligencia motriz, musical o espacial? Tenemos también otras características que son muy frecuentes y muy potentes al hacer la identificación: su intensidad; la rigidez; la hipersensibilidad sensorial, emocional, imaginativa, psicomotriz, cognitiva, que ya definió Dabrovski; la necesidad de comprender la realidad y las grandes palabras como la justicia, la verdad o el sentido de la vida; su aprendizaje autodidacta, haciendo relaciones o a saltos. Suelen disfrutar con el aprendizaje, tienen gran curiosidad (si no se la hemos apagado); quieren ir siempre más allá... pero a menudo todo esto queda en un rincón porque cuando descubren que son diferentes y que “molestan”, se sienten diferentes y vulnerables, muchos de ellos escogen esconderse –por prudencia- mimetizándose con la pared. Sobre todo las niñas, que ponen por delante la vida social que su propia vida. Después de esconderse, se van apagando, y pierden su esencia, dejan de ser el que son para ser lo que creen que los demás esperan de ellos. De tanto esconderse pierden su esencia. Algunos solo la recuperan cuando identifican a sus hijos y reconocen en ellos algunos de sus rasgos de niñez. Algunos, en aquel momento se deciden, por fin, a ser quién son realmente. Nunca es tarde, pero no podrán recuperar el tiempo perdido y esto no les tendría que pasar a sus hijos, ¿verdad?




lunes, 2 de mayo de 2022

De lo que queremos a lo que necesitamos (1) (Padres y docentes)


Parece que haya una edad para cada cosa pero los niños y jóvenes de altas capacidades rompen estas estadísticas y puede ser que no siempre en el mismo sentido. Si bien es cierto que muchos empiecen a hablar muy pronto y muy claro, y antes de lo que es habitual, hay otros que empezarán más tarde pero lo harán con más concreción y precisión, y con una mejor pronunciación.

Después suelen ir a una velocidad más que considerable que podría hacer que algunos se perdieran "cosas" que no se tendrían que perder.

Tenemos niños de infantil que disfrutan de juegos tranquilos, pero sobretodo de actividades con el ordenador, de los documentales de la tele, o de cualquier plataforma haciendo actividades de carácter cognitivo evitando toda actividad física. Los espacios abiertos, como el parque, no forman parte de su zona de confort mientras que es el espacio preferido de la mayoría de niños. Tendremos que conseguir que se encuentre bien en el parque y en el arenero, y que integre estos espacios en su día a día.

A D., de 4 años, le programamos un tiempo semanal en el parque los viernes al salir de la escuela. El objetivo era doble: relacionarse con los compañeros (que nunca está de más a pesar de que su relación con los compañeros es bastante buena) y que disfrute del juego al aire libre (columpios, arenero, pelota...). Cada jueves D. decía: "mañana lloverá?". Durante meses no fue una actividad que deseara, a pesar de que cada vez se lo pasaba mejor. El padre le acompañaba y le introducía, si hacía falta, en los juegos. Un buen día, un martes del mes de mayo dijo: "tengo ganas de que sea viernes para ir al parque". El parque pasó a estar entre sus juegos y lugares posibles, a pesar de que creo que nunca fue su preferido, pero no era el objetivo. Un niño o una niña de infantil o de ciclo inicial tiene que poder ir al parque contento/contenta por el que puede hacer y por quien se puede encontrar.

No tenemos que olvidar el cuerpo, ni las manos, ni los pies... Tenemos niños de altas capacidades intelectuales que prefieren usar solo la cabeza. En tiempo de crecimiento necesitan que éste sea armónico. Ya tendremos tiempo de especializarnos pero nunca tendríamos que olvidar el cuerpo.

Por eso siempre tendremos que complementar la agenda familiar con un tiempo para el cuerpo haciendo deporte, yendo a pasear, yendo a la playa o en la montaña, yendo en bici o en patines... Para familias urbanitas hace falta que pongan en el calendario un tiempo en la naturaleza eligiendo lo que más les guste, lo que sea posible... pero es muy importante que los niños y jóvenes de altas capacidades cuiden su cuerpo y su relación con la naturaleza.