Cuando hablamos de los niños y jóvenes de altas
capacidades aparece una característica desgraciadamente también extendida a los
que no tienen tan altas capacidades ... la dificultad de gestionar los errores
y los fracasos.
Ya ha llegado el mes de febrero, ya ha pasado la fiebre de
los buenos propósitos y deseos de inicio de año ... por eso, y ante la
inquietud creciente sobre este tema, quisiera empezar una serie de artículos
con sugerencias prácticas que nos pueden ayudar a que, poco a poco, estos niños
vayan teniendo herramientas y las puedan utilizar.
Hoy hablaremos del efecto de los hábitos saludables en la
actividad habitual de niños y jóvenes. Son temas bien conocidos pero de los que
podríamos hacer una evaluación inicial para saber ahora, en este momento, en
qué punto estamos realmente. Aquí los adultos tenemos mucho que decir y mucho
trabajo por hacer.
Todo el mundo sabe que hay cuatro hábitos saludables que nos
llevan por el "buen camino" y empezar a reducirlos o modificarlos “a
nuestro estilo” no nos traerá nada bueno. Recordad lo que decían los clásicos
... "todo con medida".
1.- Ejercicio físico. Los niños y jóvenes ya hacen educación
física en la escuela pero... ¿es
suficiente para sus necesidades? No hablamos sólo de actividades extraescolares
sino también de integrar la actividad física en la vida diaria. Podemos subir
escaleras, ir a pie en trayectos cortos e, incluso, podemos añadir actividades
familiares que tengan como base el ejercicio físico. Por ejemplo podríamos dar un
paseo por el bosque o por la playa, o hacer una salida en bicicleta durante el
fin de semana ... como siempre, cada familia es un mundo pero la vuestra ... ¿cómo
está de ejercicio físico?
2.- Alimentación saludable. Todos sabemos la teoría ...
cinco comidas al día, el desayuno es lo más importante, hay que comer fruta,
verdura, pescado ... reducir la ingesta de golosinas y bollería industrial,
beber mucha agua .. Pero ... ¿y la práctica ?. ¿Cómo lo hacemos en casa? Vale
la pena hacer una revisión seria y
priorizar por qué punto podemos empezar a mejorar.
3.- Las horas de sueño son imprescindibles para que el
cerebro pueda hacer muy bien su trabajo. Estos niños y jóvenes a menudo dicen
necesitan dormir poco, y realmente es así en algunos casos, pero hay que marcar
unos horarios y pautas que permitan que su organismo descanse y esté fresco
para abordar con garantías la actividad diaria que la vida les proponer.
Descansar poco, o mal, nos vuelve a todos irascibles. Recordad que también se
trata de un hábito y que lo podremos favorecer con unas rutinas determinadas.
4.- Evitar situaciones estresantes innecesarias. Este punto
quizás no lo esperabais pero si reflexionáis encontraréis su sentido. Muchas de
las situaciones estresantes son innecesarias y serían perfectamente evitables
si cambiáramos algo (por ejemplo: si nos quitáramos un poco antes no deberíamos
salir enfadados de casa porque llegamos tarde ...). Vivir tranquilo, mantener
la paz en nuestro día a día podría ser lo que nos dé energías cuando llegue la
dificultad.
Cualquier mejora la podemos plantear de manera unilateral
como padres o hacer que ellos entren en el juego y también colaboren en esta
mejora que nos afecta a todos como familia.
Si tenemos bien trabajados estos cuatro puntos las
posibilidades de afrontar una dificultad con éxito aumentan considerablemente.
Quizás sería bueno empezar por aquí .... Es la base para ellos y para todos!