domingo, 21 de febrero de 2016

Una actividad de aula...


En la escuela todos los miércoles se hace una evaluación de cálculo mental. Dos minutos de sumas, dos minutos de restas, dos minutos de multiplicaciones. Cada alumno registra en una hoja cuántas operaciones ha hecho bien en dos minutos de un total de sesenta. Se escribe en verde si ha mejorado respecto al último resultado, en rojo si han empeorado y en lápiz si mantiene el número de aciertos.

Es una actividad evaluativa de medida con tiempo prefijado, con normas claras y que generalmente anima a los niños para que compitan con ellos mismos.

Pues veamos qué hace Irene, que está diagnosticada de altas capacidades.

A partir del resultado del primer día, muchos miércoles intenta hacer una o dos operaciones más que la vez anterior y luego espera que pase el tiempo. Su objetivo es tener verdes. Alguna vez se equivoca, es una niña, pero eso es lo que ella quiere hacer y lo consigue muchas veces. Y así va pasando el curso...

Pero un día el maestro da una indicación nueva. Aquellos que consigan más de 55 aciertos durante dos semanas seguidas pasarán al siguiente nivel.

¿Qué ha hecho Irene? Esta semana ha pasado de 38 a 58 aciertos (y un error) en las restas, que es el que mejor le va. Sabe que la próxima semana no puede bajar la guardia. Quiere pasar al siguiente nivel. Pero empieza con las restas que es donde cree que tiene más posibilidades y una vez lo haya conseguido podrá pasar a las otras operaciones. Poco a poco.

Realmente, ¿alguien cree que Irene ha aprendido esta semana a calcular los restos más deprisa? O ¿ha cambiado su motivación? ¿Qué ha hecho cuando le hemos ofrecido un reto? Ha dejado su norma conservadora y de no llamar la atención y ha mostrado su verdadera cara: la competitiva, luchadora y resolutiva. Quizás lo ha hecho sin pensar... pero obtiene el reconocimiento del maestro, los padres y la satisfacción personal de ella misma.

¿Alguien le preguntó a Irene sobre las causas del cambio? Si le preguntáis ella os lo explicará. Esta es la actitud que nos gustaría encontrar en los maestros de los alumnos de altas capacidades: que estén atentos, que sepan leer los detalles y que pregunten.


(El nombre y parte de la situación ha sido modificados por razones obvias)

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