lunes, 29 de febrero de 2016

La mejor respuesta


"¿Estáis seguros de que es superdotada? Con las notas que saca parece que las pruebas están mal. Habrá que repetirlas y comprobarlo ..." Esta es la respuesta más común cuando encontramos niños, niñas o jóvenes que tienen altas capacidades pero un bajo rendimiento académico. Es una versión elaborada del "No lo veo".

Pero la semana pasada en los Pirineos una maestra ante la misma situación dijo "cuando vi el diagnóstico pensé: su capacidad y su rendimiento no concuerdan ... me tendré que fijar más ... quizás tendré que hacer las cosas de manera diferente ". No me lo podía creer!

La función del maestro es esencial en todos los niños pero aún más en los niños y niñas de altas capacidades. El vínculo con el tutor es esencial para su integración en el aula y para su encaje con las tareas escolares y los aprendizajes. El autoconcepto se sustenta en lo que recibe de su entorno. Los niños se nutren de satisfacción personal y del feedback que reciben de las personas importantes para ellos: los maestros y los compañeros. Un maestro que posibilita se recuerda toda la vida. Hoy en una entrevista en un periódico le preguntaban a un insigne investigador español cuál había sido la persona que más le había marcado en su vida, quién había hecho que él se dedicara a la investigación. La respuesta ha sido: mi maestro de 5º (lamento no recordar su nombre). Hay maestros que no se dan cuenta del poder que tienen. La valoración que el maestro tenga de cada niño puede abrir puertas y ventanas o dejarlo todo cerrado.

Si queremos resultados diferentes quizás tendremos que hacer algo diferente. Lo primero podría ser dar posibilidades y a partir de ahí veremos cómo despliegan sus capacidades. Y ... !los descubriremos!

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