domingo, 13 de enero de 2019

Buenos propósitos para el año que empieza (Padres y Docentes)


El mes de enero suele ser un mes para marcar nuevos objetivos. El castellano tiene un dicho que reafirma este voluntad de cambio, de mejora: "Año nuevo, vida nueva". Si hicisteis vuestros propósitos los primeros días del mes, os proponemos hacer una revisión y reajuste para que estos deseos no terminen antes de empezar. Os planteamos que vuestros propósitos tengan cinco características que permitan que se vayan convirtiendo en hábitos y se incorporen en nuestra vida.

La teoría la sabemos todos, pero la práctica a menudo se hace más difícil. Necesitamos que los buenos deseos se conviertan en buenas realidades. Muchos niños y jóvenes de altas capacidades quieren cambiar aspectos de sus actividades. En algunos momentos dada su intensidad, su necesidad de perfección, su necesidad de inmediatez hacen que necesiten pasar de la idea a la realidad a golpe de varita mágica pero la vida nos muestra que necesita tiempo... identificación y constancia...

Como deberíamos definir estos cambios?
Estos cambios o mejoras deberían específicos, concretos y definidos. También sería bueno que fueran medibles porque podremos ver si estamos en línea o no. Es imprescindible que se puedan conseguir, que sean posibles y al mismo tiempo que sean realistas. Para terminar necesitaríamos que tengan una fecha de inicio. Estas características pueden hacer que estos cambios: deseos en el aire se conviertan en concreciones reales.

Necesita un ejemplo? objetivo: quiero tener una vida menos sedentaria.
a) Cada día subiré por las escaleras a casa. No utilizaré el ascensor. Empiezo el lunes XX de enero. Sólo puedo coger el ascensor si voy cargado con la compra. *** es una buena concreción de cómo lo haremos y cuando empezaremos.
b) Tres veces por semana (lunes, miércoles y viernes) iré a jugar a ping-pong con Alberto en las mesas del Parque Central e iremos a pie. Jugaremos de 18 a 18.45 y empezaremos este viernes. *** hay que tener un plan b para que dependemos de Albert.

Éstas son condiciones necesarias pero no suficientes, porque si no somos capaces de perseverar en el cambio no lo conseguiremos. Quizás necesitamos, además del ánimo interno, una aportación exterior que nos permita continuar y pasar a una disciplina interna que no se desvanezca con las primeras dificultades. Aquí entra el apoyo de la familia y de los profesionales que les acompañan. No tanto para criticar y sancionar los errores que aparezcan, que aparecerán..., sino para apoyar a quien tiene buenas intenciones y encuentra piedras en el camino. Podemos señalar las piedras, dar recursos para rodearlas o saltarlas, pero él o ella es protagonista de su historia y responsable que sus objetivos pensados ​​y meditados formen parte de su vida, les enriquezcan.

Deseamos que estos buenos deseos se conviertan en realidades y nos permitan crecer como personas. Afortunadamente tenemos muchos momentos a lo largo del año para pararnos y confirmar el camino que queremos hacer o cambiar lo que estamos haciendo para mejorar.



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