jueves, 2 de junio de 2022

¡No quiero dejar a mi tutor, a mi tutora! (Padres i Docentes)

 

Hemos empezado el mes de junio y la próxima semana algunos centros empiezan la jornada intensiva. Se huele el verano detrás de la puerta. Y se vive en las escuelas la sensación de que tenemos que empezar a cerrar cosas... el curso se acaba. Algunas actividades se han acabado con el mes de mayo, algunos ya han hecho la última sesión de piscina...

 

Hay tutores y tutoras que han hecho muy bien su trabajo y han conseguido crear vínculo con nuestros hijos. Cuando un maestro establece vínculo con los alumnos de altas capacidades es muy importante porque sabemos que no tendremos menos dificultades pero que estaremos juntos para superarlas. La mirada, claramente, es otra. Puede ser que no tenga una gran formación en el tema pero si tiene sensibilidad y conecta con él, o ella, tenemos mucho de ganado.

 

Esto es lo que esperamos de los tutores y del resto de los docentes, pero especialmente de los tutores. Es lo primero que les pediremos al mes de septiembre y muchos podemos decir, ahora que ya hemos entrado en el mes de junio, que lo han conseguido (aunque sea en el tercer trimestre).

 

Es muy triste cuando alguien cree que ya falta poco para acabar el curso y que lo mejor es que se acabe pronto. Cuando esto se piensa y dice de manera coral por la familia y el tutor es terrible. No se ha creado el vínculo. Algo no ha permitido que este niño y su adulto responsable en la escuela conectaran. Los dos han perdido una gran oportunidad y sin querer se han hecho daño. La información recibida por ambos no ha sido la correcta y clara o ha estado mal leída... una pena, una desgracia que puede acabar con un niño/joven que no quiere ir a la escuela/instituto cuando tendría que ser el mejor lugar del mundo por lo que aprende, por lo que se le propone y por las relaciones que se le ofrecen.

 

Hay escuelas que mantienen los tutores en el ciclo y otros que no. Algunos todavía no saben con qué maestros podrán contar el próximo curso. Siempre hay muchas dudas respecto a los tutores y los grupos. Y las familias y profesionales sabemos que esta figura es clave. Todo el mundo está a la espera y quizás tendremos que esperar a mediados de julio o incluso septiembre para saber el tutor o la tutora del curso próximo.

 

Y pronto empezará en nuestros niños/jóvenes la segunda parte de este vínculo... He estado muy bien este curso... ¿podría tener a la Y o a la X el próximo curso? No lo quiero dejar, no la quiero dejar... nos entendemos bien, me cuida, me acompaña, me exige, me propone... Me gustaría que pudiéramos continuar juntos...

 

En el fondo volvemos a estar en zona de confort y lo que vendrá será desconocido aunque nos conozcamos del patio o de verlo por la escuela o incluso de haberlo tenido en clase. La relación con el tutor siempre es diferente. Ahora, vuelve a tocar un salto al vacío. Sabemos por experiencia que es muy posible que cuando llegue el próximo junio la situación será la misma pero hay que vivir el curso intensamente y elaborar de nuevo un vínculo que nos ayude a hacer otra parte del camino.

 

Por eso insistimos en hacer un buen cierre, un buen traspaso y un buen inicio. En septiembre será el momento de vernos o de hacer una llamada que inicie este camino. Una relación personal que trabajaremos de manera sistemática a lo largo de todo del curso y nos permitirá que el alumno crezca y se vaya convirtiendo en la mejor versión de él mismo o de ella misma.

 

En la sesión de cierre podemos recordar aquellos momentos vividos y abrir la puerta lo que vendrá, que ahora es incierto pero será tan real como lo que hoy tenemos.

 

Reservemos un tiempo en este loco mes de junio para cerrar la tutoría revisar los adelantos hechos y empezar a preparar próximo curso... ¡será bueno para todos!



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