miércoles, 15 de febrero de 2023

El Carnaval y las altas capacidades. ¿Proponemos un plan B?


En la escuela aprendemos contenidos cognitivos, pero también aprendemos a preparar, vivir y guardar las fiestas. Este aprendizaje es fantástico porque nos permite vivir las fiestas desde lugares diferentes en un ciclo anual en el que los alumnos de Infantil, Primaria y Secundaria volverán a vivir de nuevo los Carnavales en la escuela. ¿Hemos intentado alguna vez verlo/vivirlo con sus ojos?


Cada vez, gracias al trabajo sobre la diversidad tenemos más integrado que todos somos diferentes y que es necesario ofrecer posibilidades para que todo el mundo pueda vivir las fiestas desde sus necesidades y capacidades. Desde fuera quizá parezca siempre igual pero no es cierto del todo. La vivencia de los niños de 3 años nada tiene que ver con la del ciclo inicial, medio o superior.

Además de las diferencias propias de la edad, tenemos las diferencias individuales. Nosotros trabajamos con el colectivo de altas capacidades, un colectivo muy diverso. Tenemos para todos los gustos... por eso lo más práctico siempre es preguntar y escuchar la respuesta (debe haber un vínculo que permita una comunicación real que nos explique lo que siente y le gustaría no lo que cree que queremos oír).

Con algunos de estos alumnos de altas capacidades ya estamos realizando tutorías personalizadas y podemos aprovechar para hablar del tema. Tened cuidado porque ya sabéis que algunos alumnos son políticamente correctos y nos dicen lo que creen que queremos oír, no lo que piensan de verdad.

Mientras algunos disfrutan con los disfraces, otros los sufren y quisieran evitarlos porque se sienten ridículos. Mientras unos disfrutarán preparando coreografías, representaciones o danzas, otros preferirán participar en la organización o mimetizar con la pared pasando lo más desapercibidos posible, o incluso no asistir a la escuela (cosa que no deberíamos permitir porque necesitan un plan B y no quedar aislados).

No participar no es una opción (en mi opinión). Hay que encontrar cómo pueden participar todos. La fiesta nos necesita a todos para ser plena. Además tenemos muchos años para ir ajustando y que cada alumno encuentre su sitio.

Por eso, partiendo de las tutorías personalizadas podemos ver cuáles son sus necesidades y qué posibilidades puede ofrecer el centro educativo y qué encontramos en la intersección.

El "siempre se ha hecho así", "todos hacen lo mismo" no son buenas opciones. Si éstas son las respuestas podemos empezar a abrir, poco a poco, otras posibilidades.

Si nuestro alumno no quiere disfrazarse, no quiere salir en el desfile, no quiere hacer la actuación (podemos cambiar el no quiere, por el “no puede o no se siente capaz o cómodo”), deberíamos pensar qué le podemos ofrecer. Puede colaborar en realizar el borrador del pregón, puede ayudar a conectar el equipo de música, puede preparar una propuesta de música para bailar, puede colaborar con las maestras de los pequeños o proponiendo maquillajes o disfraces, puede hacer de fotoreportero o tomar datos para escribir un reportaje sobre el Carnaval en la escuela o el instituto... como veis hay mil posibilidades. Es necesario que podamos elegir una actividad con él y después la analizaremos y evaluaremos para ver cómo lo dejamos para el próximo curso.

Preparar la fiesta, vivirla y terminarla (evaluarla y dejar anotadas las valoraciones y sugerencias de mejora para que el próximo curso podamos tener en cuenta lo que hemos hecho y no volvamos a partir de cero...)

A lo mejor este año no llegamos a tiempo, o sí, pero podemos ofrecerle la posibilidad de empezar a pensar para el curso que viene...

¿Qué os parece? ¿Nos ponemos en marcha? Es posible...




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