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lunes, 2 de junio de 2025

Lunes 2 de junio La lectura y las altas capacidades

 

Siempre hablamos de la gran diversidad entre los niños y jóvenes de altas capacidades. Su relación con la lectura no es una excepción. Encontramos lectores apasionados, otros que ven la lectura como una herramienta y otros que si pueden no se acercan a la lectura, porque por cualquier motivo no han automatizado la mecánica, la comprensión, el goce de la lectura y del aprendizaje que supone.


Empezamos con los que encuentran placer en la lectura. Os mostraré algunos ejemplos: el más pequeño, sin aprendizaje oficial de lectura, disfrutaba leyendo “Gerónimo Stilton” en I4; otro leía “El Hobbit” en 4PRI, un tercero leía “La vida es sueño” en 1º de ESO y el último, un chico que en 3º de ESO ya había leído toda la obra completa de Brandon Sanderson. Para estos niños y jóvenes lo que se les propone leer en la escuela es muy básico. Hay que hacer una adaptación que puede pasar para complementar con otros libros de su nivel lector. Alguna maestra lo combinó con que tuvieran que leer y hacer el control o la ficha del libro propuesto sin “castigarlo” a que lo tuviera que leer a lo largo de todo el trimestre. Si en la escuela hay alguna actividad de leer siguiendo el punto, aconsejamos se les proponga que lo puedan cambiar por otras actividades que sean beneficiosas por el centro. Nuevamente, nos sirve para los alumnos de altas capacidades y también para los buenos lectores aunque no sean de altas capacidades. Tenemos experiencia de alumnos que han colaborado en la biblioteca del centro (ordenar libros, colaborar en el préstamo, entrar datos en el ordenador...), leer con alumnos de cursos inferiores, participar en actividades con autores de cursos superiores, preparar kahoots de libros, preparar juegos de libros tipo dibujos para ordenar, preparar juegos de palabras para los más pequeños...


Continuamos con los que empezaron bien pero se pararon en seco. Una niña empezó a leer muy pronto, su nivel de comprensión era bueno pero en Primero de Primaria descubrió que no podía hacer las vocecitas que hacían su madre o su maestra leyendo los cuentos. En este momento puso el freno de mano, y dejó de leer. Su rigidez solo ayudó a que lo parase todo. Continuó con la lectura funcional de la escuela pero se acabaron los libros y los cuentos fuera de ella. Mantuvo los de la escuela porque era políticamente correcta pero paró la lectura como goce. La fuimos recuperando con la colaboración familiar. Tenía una pizarra en la habitación y los padres se encargaron que cada día hubiera una frase significativa que tuviera que leer. Después pasamos a trabajar personajes que nos permitían hacer vocecitas y leer las frases como si fuese estos personajes. Continuamos con los signos de puntuación que nos permitían trabajar la entonación. A partir de aquí pasamos a cuentos breves y fuimos complicando hasta reengancharla. Fue largo pero lo consiguió. Ahora, acabando la ESO vuelve a ser una gran lectora.


Acabamos con el grupo que solo leen lo que es imprescindible (y a veces, ni esto porque cuando el enunciado de mates es muy largo... desertan). A algunos les costó y tuvieron dificultades con la mecánica de la lectura, otros tuvieron dificultades con la comprensión y otros quizás todavía no han encontrado el libro que los abre la puerta en la narrativa. Para  estos alumnos suelo proponer lecturas muy cortas pero significativas. Lectura en voz alta: dos líneas ellos (preparadas, nunca lectura a primera vista) y el resto del texto la madre, el padre, los hermanos... quién tenga más paciencia y conexión positiva. Iremos aumentando poco a poco sus líneas a partir de su seguridad. Hay que hacer, o rehacer, una buena conexión con la lectura que es una de las puertas de entrada más importantes de información. Podemos empezar con textos breves de preguntas y respuestas de su interés. Para algunos son libros de preguntas y respuestas, de récords, artículos técnicos, biografías, revistas, revistas de divulgación científica... depende de las edades y los intereses. Los textos narrativos pueden esperar. De momento nos circunscribiremos a los que proponen en la escuela... y siempre acompañados.

Ahora, quizás no es el momento de empezar con los alumnos del tercer grupo pero es una buena propuesta de verano. Necesitamos planificación, tranquilidad y un punto de dedicación. Está claro que lo necesitará y lo primero que tiene que estar convencido/a de que merece la pena ponerse es él o ella misma. Por lo tanto, primero hay un trabajo con ellos de mostrar, no imponer, la necesidad y seducir para que pueda entrar en la lectura. No es un castigo, es un aprendizaje de base.

Con los que presentan dificultades de lectura puede ser bueno ir a un especialista, logopeda, para descartar problemas físicos y que nos pueda dar herramientas para trabajar sus fortalezas en un apartado que les es difícil y a menudo rechazan por miedo al fracaso.

Cuando lo necesiten, lo deseen... leerán. Hace falta que tengan la mecánica muy automatizada para que les permita pensar solo en el contenido. Así nos podremos ir acercando a la lectura como goce.