Hay alumnos de altas
capacidades que están cursando Sexto de Primaria y el curso próximo comenzarán
la ESO. Ahora en la escuela pública catalana están creando más Institutos-Escuela,
25 más para el curso que viene, pero la mayoría de alumnos de la escuela
pública harán inexorablemente un cambio de centro. Muchos padres ya hace tiempo
que han comenzado el periplo de conocer diferentes centros educativos buscando
aquel que pueda ser adecuado para su hijo o hija.
Los padres ponen una única condición: que atiendan las
necesidades de sus hijos. Que conozcan y atiendan las altas capacidades. Pues
esto que parece tan sencillo, es complicadísimo. En contados centros tienen un
protocolo específico para estos jóvenes. La mayoría te dicen que han tenido
algún caso, que estarán atentos, que su metodología ya se adapta a todo tipo de
alumnado, que hacen un trabajo tutorial personalizado... pero todas estas
afirmaciones confirman que no saben qué son las altas capacidades ni sus
necesidades específicas. Todos los alumnos de altas capacidades son diferentes.
Para hacer una primera división a nivel escolar tenemos alumnos con alto
rendimiento y aquellos que todavía no han llegado al alto rendimiento pero que
pueden llegar por sus características. Los centros educativos esperan aquel
joven de alto rendimiento, que tiene buena relación social, que se adapta al
grupo, que es políticamente correcto, que llega con el trabajo hecho y al sólo hay
que poner la guinda en el pastel. Pero ésta no siempre es la realidad.
Es imprescindible una
formación seria y una sensibilidad hacia las altas capacidades en los claustros
de profesores. No es difícil. Llevamos muchos años trabajando la inclusión por
la parte baja, y hay que seguir haciéndolo porque son muchas las necesidades,
pero no podemos olvidar la inclusión de los alumnos más potentes. Una tutoría
personalizada, trabajos por niveles, potenciar la curiosidad y la creatividad,
dar alternativas a las lecturas obligatorias, atender a su velocidad de
aprendizaje, evitar las tareas repetitivas sobre todo cuando se han adquirido
los conocimientos, posibilitar mediante los recursos del centro que asistan a
actividades (conferencias, talleres, salidas) de cursos superiores donde se
trabajan temas que pueden ser transversales, en las salidas escolares
posibilitar que tengan un tiempo para hablar con los monitores-especialistas y
hacer sus preguntas ... de todo lo que hemos expuesto hasta ahora nada cuesta
dinero (tal vez sí, la tutoría personalizada que requiere un tiempo del tutor).
Necesitamos formación, sensibilización y ganas. Saber ver, escucharlos y
atender sus necesidades.
En algunos centros hacen
una hora de proyectos con los alumnos identificados de altas capacidades. O de
vez en cuando una actividad puntual. Está muy bien pero debe ir complementado
con el trabajo con ellos el resto de las horas de clase porque si no es como si
sólo pudieran respirar una hora a la semana.
Yo, como pedagoga
especialista que hago formación y acompañamiento a centros y seguimiento a
familias con altas capacidades, sigo sin entender porque es tan difícil de
entender que no es un capricho, que tienen necesidades específicas y necesitan
un trato diferencial en el centro escolar. ¿Tan difícil es escucharlos y ver
sus necesidades? No los queremos poner en una urna, los queremos en el grupo
pero atendiendo a sus necesidades que no son únicamente de conocimientos sino
también emocionales y sociales.
Y los padres siguen dando
vueltas. Y siguen viendo escuelas. Y ahora comenzarán las jornadas de puertas
abiertas y les explicarán las bondades de los centros y de sus métodos de
trabajo. Muchos hablarán de atención a la diversidad pero será a la baja. Y
nuevamente tendrán que cruzar los dedos, buscar una metodología acorde a su
hijo y esperar que el próximo tutor sea sensible y esté preparado.
Otra historia es la
logística... he encontrado padres que se desplazan durante horas para ir al
centro educativo elegido, y otros dispuestos a cambiar de población buscando el
centro en el que su hijo pueda ser feliz y desplegar sus capacidades.
Y todavía no ha entrado la
tercera variable: ¿centro público, concertado o libre?
¡Los padres sólo quieren
que atiendan a sus hijos!
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