viernes, 22 de febrero de 2019

Buscamos escuela / instituto


Hay alumnos de altas capacidades que están cursando Sexto de Primaria y el curso próximo comenzarán la ESO. Ahora en la escuela pública catalana están creando más Institutos-Escuela, 25 más para el curso que viene, pero la mayoría de alumnos de la escuela pública harán inexorablemente un cambio de centro. Muchos padres ya hace tiempo que han comenzado el periplo de conocer diferentes centros educativos buscando aquel que pueda ser adecuado para su hijo o hija. 

Los padres  ponen una única condición: que atiendan las necesidades de sus hijos. Que conozcan y atiendan las altas capacidades. Pues esto que parece tan sencillo, es complicadísimo. En contados centros tienen un protocolo específico para estos jóvenes. La mayoría te dicen que han tenido algún caso, que estarán atentos, que su metodología ya se adapta a todo tipo de alumnado, que hacen un trabajo tutorial personalizado... pero todas estas afirmaciones confirman que no saben qué son las altas capacidades ni sus necesidades específicas. Todos los alumnos de altas capacidades son diferentes. Para hacer una primera división a nivel escolar tenemos alumnos con alto rendimiento y aquellos que todavía no han llegado al alto rendimiento pero que pueden llegar por sus características. Los centros educativos esperan aquel joven de alto rendimiento, que tiene buena relación social, que se adapta al grupo, que es políticamente correcto, que llega con el trabajo hecho y al sólo hay que poner la guinda en el pastel. Pero ésta no siempre es la realidad.

Es imprescindible una formación seria y una sensibilidad hacia las altas capacidades en los claustros de profesores. No es difícil. Llevamos muchos años trabajando la inclusión por la parte baja, y hay que seguir haciéndolo porque son muchas las necesidades, pero no podemos olvidar la inclusión de los alumnos más potentes. Una tutoría personalizada, trabajos por niveles, potenciar la curiosidad y la creatividad, dar alternativas a las lecturas obligatorias, atender a su velocidad de aprendizaje, evitar las tareas repetitivas sobre todo cuando se han adquirido los conocimientos, posibilitar mediante los recursos del centro que asistan a actividades (conferencias, talleres, salidas) de cursos superiores donde se trabajan temas que pueden ser transversales, en las salidas escolares posibilitar que tengan un tiempo para hablar con los monitores-especialistas y hacer sus preguntas ... de todo lo que hemos expuesto hasta ahora nada cuesta dinero (tal vez sí, la tutoría personalizada que requiere un tiempo del tutor). Necesitamos formación, sensibilización y ganas. Saber ver, escucharlos y atender sus necesidades.

En algunos centros hacen una hora de proyectos con los alumnos identificados de altas capacidades. O de vez en cuando una actividad puntual. Está muy bien pero debe ir complementado con el trabajo con ellos el resto de las horas de clase porque si no es como si sólo pudieran respirar una hora a la semana.
Yo, como pedagoga especialista que hago formación y acompañamiento a centros y seguimiento a familias con altas capacidades, sigo sin entender porque es tan difícil de entender que no es un capricho, que tienen necesidades específicas y necesitan un trato diferencial en el centro escolar. ¿Tan difícil es escucharlos y ver sus necesidades? No los queremos poner en una urna, los queremos en el grupo pero atendiendo a sus necesidades que no son únicamente de conocimientos sino también emocionales y sociales.
Y los padres siguen dando vueltas. Y siguen viendo escuelas. Y ahora comenzarán las jornadas de puertas abiertas y les explicarán las bondades de los centros y de sus métodos de trabajo. Muchos hablarán de atención a la diversidad pero será a la baja. Y nuevamente tendrán que cruzar los dedos, buscar una metodología acorde a su hijo y esperar que el próximo tutor sea sensible y esté preparado.

Otra historia es la logística... he encontrado padres que se desplazan durante horas para ir al centro educativo elegido, y otros dispuestos a cambiar de población buscando el centro en el que su hijo pueda ser feliz y desplegar  sus capacidades. 

Y todavía no ha entrado la tercera variable: ¿centro público, concertado o libre? 

¡Los padres sólo quieren que atiendan a sus hijos!


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