lunes, 22 de marzo de 2021

!No podemos llevar la contabilidad de todo! (Padres y Docentes)


Los niños y jóvenes de altas capacidades son muy intensos. Todas sus características quedan amplificadas por esta intensidad. La intensidad hace que la velocidad que toman sus actos a menudo requiera más tiempo para frenar del que podría ser habitual por su edad. Los técnicos de tráfico dicen que cuando un vehículo va a 120km/h necesita 98 metros para frenar totalmente. Ellos presentan gran velocidad e intensidad y, muy a menudo, poco autocontrol por lo que necesitan tiempo y espacio para parar del todo.


Muy a menudo observamos que presentan dificultades de autocontrol a causa de su intensidad. Sus emociones se desbordan con facilidad, tanto por arriba como por abajo. Una actividad deseada, como la visita de unos primos, puede hacer que la emoción se desborde. Algunos necesitan que se les anticipen las actividades a realizar y así se pueden preparar; mientras que para otros la anticipación es contraproducente porque no son capaces de controlar la emoción y se alborotan o descontrolan.


Los padres de los niños o jóvenes de altas capacidades suelen conocer bien sus hijos pero no siempre comprenden por qué hacen las cosas. A menudo hay buena comunicación. Es muy frecuente que haya momentos especiales de comunicación entre padres e hijos. Para algunos este momento es el momento post-ducha, cuando les secan los cabellos; o a la hora de ir a dormir que es cuando parece que bajan la guardia y hablan de lo que han hecho y/o de cómo se sienten. Los padres acompañan sus hijos en su día a día, y son capaces de prever algunos momentos de cansancio, de tensión... y trabajan con ellos cómo resolverlos.


Cuando trabajamos con los docentes de la escuela de los niños y jóvenes con altas capacidades muy a menudo hablamos con los tutores, y los pedimos crear un vínculo positivo con el alumno en cuestión. Cuando somos capaces de crear un clima de confianza en el aula, e incluso de complicidad, la relación fluye. Probablemente aparecerán dificultades pero si hay un buen vínculo conseguiremos encontrar las salidas posibles para conseguir avanzar en la posibilidad de desarrollar sus capacidades.


En la mayoría de los casos es muy bueno poner la lupa para ver cuáles son las necesidades del alumno. Él o ella nos van mostrando dónde están, qué herramientas tienen o qué les hace falta, para ir avanzando hacia llegar a ser la mejor versión de él mismo o de ella misma.


Los clásicos decían que la virtud está en el centro. Tan malo es no fijarse; como estar tan encima que llevemos la “contabilidad” de las cosas que hace (evidentemente las cosas incorrectas). Hay momentos en los que será importante "mirar a Soria", no tanto para dejar pasar situaciones sino para dar tiempo para que puedan actuar correctamente. Algunos pueden leer el exceso de observación como un pressing que les imposibilita crecer... La línea es muy fina.


Con ellos también tenemos que trabajar el tema de recordar todo lo que les parece que les han dicho, les han mirado, les han hecho.... todas estas contabilidades pueden ser imposibilitantes.


Tanto padres como docentes tienen que estar atentos. Dar herramientas, y a la vez tiempos y espacio para que niños y jóvenes puedan desarrollarse, cambiar, crecer. Hay que ir concretando objetivos, y dar herramientas y objetivos para que él o ella los hagan suyos y los incorporen en su manera de funcionar.




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