jueves, 1 de septiembre de 2022

!Bienvenido al curso 2022-2023! Tengo un alumno de altas capacidades


Hoy muchos maestros y profesores vuelven al trabajo. Por cuestiones de calendario, el curso 2022-2023 empezará antes en Cataluña para los alumnos y esto hace que estos primeros días de septiembre todo el mundo esté claramente alterado intentando tenerlo todo a punto. De la distribución de los espacios al traspaso de información de los alumnos, todo es importante. Y si los maestros están alterados, los padres de los hijos con necesidades educativas especiales todavía más.


Estos últimos días de agosto ya hemos ido leyendo en las redes sociales que hay familias que expresan su angustia por volver a empezar un proceso que es cíclico. Cada septiembre es la misma historia. Hay que recordar a la escuela (tutor nuevo, maestros nuevos) las necesidades de los hijos. Sobre todo, lo que no se nos puede pasar porque ya nos ha pasado otros años, y hemos tenido que vivir problemas innecesarios con el gran desgaste que esto supone para todos, pero sobre todo para el niño. A veces, hay situaciones que se repiten absurdamente. Lo que estaba claro, aceptado y encajado el curso pasado, y quizás todos los anteriores, parece que no ha pasado nunca y volvemos a empezar de cero... Esto provoca un alto nivel de angustia familiar.


En las escuelas hacemos muchísimas cosas que no quedan registradas, que parecen cosecha propia del maestro. Las cosas que funcionan deberían quedar registradas, y las que no han funcionado en algún momento también. Es una buena manera de avanzar, a pesar de que sabemos que en educación trabajamos con un material cambiante. Los niños y jóvenes cambian, y algunos pueden no ser conscientes de los cambios que presentan.


En el caso de los niños y jóvenes de altas capacidades, identificados o no, presentan una gran diversidad. Algunos son muy claros, otros están muy escondidos, otros en construcción... Por lo tanto no tendremos recetas mágicas, pero como con todos los niños y jóvenes, será necesaria una sistematización de la comunicación y mostrarles que la escuela o el instituto no es un espacio hostil, y que estamos y estaremos siempre en su lado para escucharlo sin juzgarlo. Estaremos siempre, pero no siempre que él quiera, encontraremos el momento. (Es muy importante aclarar este matiz desde el primer momento porque algunos son muy impacientes).


Sería bueno dedicar un tiempo en estos primeros días de curso para hacer una sesión en privado en la cual dejemos un espacio para saber qué expectativas tiene para este nuevo curso y le propongamos la posibilidad de hacer unas sesiones semanales breves que nos pueden ayudar a conocernos y ajustar su trabajo en la escuela o instituto. En esta primera sesión, puede pesar su historia personal anterior positiva o negativa. Es preferible no prometer lo que no podremos cumplir, porque tienen muy buena memoria. Es preferible un solo paso, o dejar abierto para concretar en la segunda sesión (“lo pensamos... y hablamos a la próxima sesión”) que palabras vacías u objetivos imposibles. Apunta siempre los acuerdos. Toma notas aunque sean muy breves. Tú tienes muchas cosas en la cabeza y ellos lo graban todo.


La primera palabra esencial en el trato con los alumnos de altas capacidades es VÍNCULO, la segunda OBSERVACIÓN.


Sí, como con todos los niños y jóvenes, pero con ellos de una manera más clara y evidente, de una manera más consciente. Habrá que registrar lo que nos llame la atención en su actividad en el aula, en el patio, en los espacios comunes... para poderlo hablar personalmente. Tendríamos que establecer una reunión semanal de diez minutos para comentar de manera ordinaria los temas importantes. Una tutoría personalizada. La constancia hará que podamos hacer un buen seguimiento. Hay que ser muy estricto con los diez minutos. Algunos querrían toda una hora pero es imposible. Otros empezarán herméticos y nos ofrecerán varios monosílabos. Diez minutos son posibles si somos muy organizados y constantes. Diez minutos son suficientes para tener un buen contacto semanal. Hay que poner una alarma a los ocho minutos para poder ir cerrando la sesión y acabar puntuales.


Un recurso sencillo y posible es que tenga una libreta sobre la mesa para ir anotando preguntas, dudas, pensamientos... sobre la materia, la escuela, las relaciones, los compañeros, las tareas escolares... de este modo no es imprescindible expresarlos ante la clase y le podemos proteger un poco. Preguntas y dudas que a veces caen porque el profesor lo explica más adelante o que pueden formar parte de su investigación en casa. También nos puede servir para que prepare qué temas quiere tratar en los diez minutos de sesión. Si lo podemos leer antes iremos preparados.


Hay una gran diversidad: el seguimiento de normas, la comunicación con los otros, la necesidad de movimiento, la intensidad, la rigidez, la literalidad, el miedo al fracaso y al error, la motricidad fina o gruesa, el estilo propio o la mimetización con la pared, la sensibilidad... todo puede variar mucho de los unos a los otros. Por eso la observación y anotar lo que vemos es esencial porque si no nos pasará desapercibido y habremos perdido la oportunidad de conectar.


Tener un alumno de altas capacidades al aula, o más de uno, es una gran riqueza. Hay que vivirlo de manera muy positiva aunque podemos tener algunas dificultades pero nada que no se arregle con sentido común, comunicación y empatía. Tenemos que conseguir entendernos con la mirada y esto lleva tiempo. La complicidad es esencial. Necesitamos una buena conexión y la podemos conseguir. La sonrisa es a menudo el camino más corto y efectivo.


Es importante hacer red. Con el equipo psicopedagógico y de orientación de vuestra escuela o instituto, con otros tutores, con profesionales que conocen el tema, con las familias, con los alumnos. No esperamos que seáis especialistas pero sí que seáis capaces de atender y buscar la información que necesitéis para hacer el mejor posible vuestro trabajo por el bien de todos. Es cierto que el curso es largo y tendremos tiempo de todo pero es muy bueno empezar bien.


Si no puedes ser verdad, seas un buen profesional. Las cosas tienen que ser claras y tenemos que poner las cartas sobre la mesa. A veces se enganchan los corazones; si no es así, tienes que ser capaz de hacer un buen trabajo. Es muy importante que seas coherente y no intentes ser quien no eres. Tienen un radar... algunos ya han sufrido mucho y quizás te dejarán entrar una vez, pero si te cierran la puerta te será muy difícil volver a entrar. No nos tenemos que asustar sólo tenemos que ser conscientes. Con muchos de ellos podemos tener una relación más sencilla. La diversidad es riqueza. Tenemos que poner la lupa para ver cuáles son sus necesidades.




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