Muchos niños y jóvenes usan la repetición como recurso para consolidar aprendizajes. Generalmente los alumnos de altas capacidades no comparten esta metodología para aprender. Una vez ya han logrado los conocimientos, los trabajos repetitivos se vuelven tediosos, bajan la atención e interés y cometen errores que si estuvieran atentos no cometerían. A esto, se acogen algunos docentes para negar las altas capacidades del alumno que “comete errores”. Tienen toda la razón, los errores están pero deberían preguntarse por qué los comete. Sí, pueden cometer muchos errores y aunque repasen no los ven porque no están conectados. Si les pedimos toda la atención para hacer para hacer, por ejemplo, dos operaciones, la pondrán y quizás no cometerán errores pero si lo que tiene delante es un retahíla de ejercicios iguales... pueden cometer muchos errores inexplicables para alguien que lo sabe hacer. (porque pueden no tener la picardía del cumplimiento -cumplo y miento-).
Una vez tienen un conocimiento adquirido no deberían hacer
trabajos repetitivos, en su lugar les deberíamos proponer trabajos de
aplicación, profundización o ampliación. Hay veces que tienen conocimientos
adquiridos antes de que los adquieran en la escuela pero no porque los padres se
los hayan enseñado sino porque ellos lo han inferido, asociado, desarrollado...
Es muy importante hacer una evaluación inicial de lo que saben antes de empezar
un tema. Recordad que a veces saben pero lo que no saben es poner palabras para
explicarlo, pero cuando se los explicamos rápidamente sus ojos dicen: “ah, sí!”
Si les podemos explicar el por qué de los ejercicios los realizarán
con conocimiento de causa. La metacognición es imprescindible en este caso.
Para que esa chispa ponga en marcha la motivación. Pintar fortalece la mano y
la relación mano-ojo para poder escribir. Hacer operaciones sencillas en dos
minutos nos ayuda a coger agilidad, velocidad y seguridad. Encontrar los
errores de acentos en un texto nos ayuda a recordar y aplicar las normas; a
escribir correctamente. Aprender un poema de memoria ayuda a tener más
vocabulario y a trabajar la pronunciación y la dicción.
A priori, parece difícil poner ejercicios diferentes en el
aula pero todos somos conscientes de que dentro del aula tenemos una gran
diversidad. En una aula todos los alumnos son distintos pero los podemos situar
en tres grupos: el grupo de arriba de la clase, los alumnos que tienen más
dificultades de aprendizaje y los que están en medio. Hacer unos ejercicios
básicos sin enunciados para los que tienen más dificultades; ejercicios de
repetición-aplicación para el gran grupo de la clase, y los ejercicios de ampliación
y profundización para quienes lo requieren (altas capacidades y alto
rendimiento). Ellos y ellas forman parte de la diversidad al alta.
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