lunes, 2 de mayo de 2022

De lo que queremos a lo que necesitamos (1) (Padres y docentes)


Parece que haya una edad para cada cosa pero los niños y jóvenes de altas capacidades rompen estas estadísticas y puede ser que no siempre en el mismo sentido. Si bien es cierto que muchos empiecen a hablar muy pronto y muy claro, y antes de lo que es habitual, hay otros que empezarán más tarde pero lo harán con más concreción y precisión, y con una mejor pronunciación.

Después suelen ir a una velocidad más que considerable que podría hacer que algunos se perdieran "cosas" que no se tendrían que perder.

Tenemos niños de infantil que disfrutan de juegos tranquilos, pero sobretodo de actividades con el ordenador, de los documentales de la tele, o de cualquier plataforma haciendo actividades de carácter cognitivo evitando toda actividad física. Los espacios abiertos, como el parque, no forman parte de su zona de confort mientras que es el espacio preferido de la mayoría de niños. Tendremos que conseguir que se encuentre bien en el parque y en el arenero, y que integre estos espacios en su día a día.

A D., de 4 años, le programamos un tiempo semanal en el parque los viernes al salir de la escuela. El objetivo era doble: relacionarse con los compañeros (que nunca está de más a pesar de que su relación con los compañeros es bastante buena) y que disfrute del juego al aire libre (columpios, arenero, pelota...). Cada jueves D. decía: "mañana lloverá?". Durante meses no fue una actividad que deseara, a pesar de que cada vez se lo pasaba mejor. El padre le acompañaba y le introducía, si hacía falta, en los juegos. Un buen día, un martes del mes de mayo dijo: "tengo ganas de que sea viernes para ir al parque". El parque pasó a estar entre sus juegos y lugares posibles, a pesar de que creo que nunca fue su preferido, pero no era el objetivo. Un niño o una niña de infantil o de ciclo inicial tiene que poder ir al parque contento/contenta por el que puede hacer y por quien se puede encontrar.

No tenemos que olvidar el cuerpo, ni las manos, ni los pies... Tenemos niños de altas capacidades intelectuales que prefieren usar solo la cabeza. En tiempo de crecimiento necesitan que éste sea armónico. Ya tendremos tiempo de especializarnos pero nunca tendríamos que olvidar el cuerpo.

Por eso siempre tendremos que complementar la agenda familiar con un tiempo para el cuerpo haciendo deporte, yendo a pasear, yendo a la playa o en la montaña, yendo en bici o en patines... Para familias urbanitas hace falta que pongan en el calendario un tiempo en la naturaleza eligiendo lo que más les guste, lo que sea posible... pero es muy importante que los niños y jóvenes de altas capacidades cuiden su cuerpo y su relación con la naturaleza.



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