lunes, 3 de octubre de 2022

Identificación de las altas capacidades (Padres y Docentes)


Dicen los expertos que en nuestro país tenemos un número muy bajo de niños y jóvenes identificados de altas capacidades. Todos sabemos que lo ideal sería que pudiéramos identificarlos en Infantil o en los primeros cursos de Primaria. De esta manera tendríamos unos años para trabajar con ellos y para que pudieran desplegar sus capacidades. Sería muy positivo que al llegar a la Secundaria fueran capaces de la disciplina que requiere la excelencia académica y no estar centrados únicamente en el área del “me gusta”. Llegar al inicio o al final de la Secundaria con un buen desarrollo de sus capacidades mostrando cierta excelencia académica que se concretaría en el Bachillerato posibilitando unas notas que les permitan llegar a los estudios superiores que deseen y a las becas, a los equipos de investigación u oportunidades académicas que deseen (hacer dos grados a la vez, quizás en menos años...).

Cuando hacemos identificaciones en la ESO, o incluso al Bachillerato, somos conscientes que estos chicos y chicas han sido desatendidos y posiblemente han sufrido esta desatención mostrándose pasivos; escondidos y mimetizando con la pared; mostrándose políticamente correctas y adaptados al sistema; o con comportamientos disruptivos por la carencia de adecuación. Del mismo modo que no hay una única manera de ser de altas capacidades, no hay una única manera de responder a la desatención. Pero sabemos que todas ellas no dejan sólo huella, muchas dejan cicatriz.

La primera cosa que podríamos hacer es educar la mirada de la sociedad: padres y docentes. Podríamos ofrecer la posibilidad de ser identificados a aquellos niños que ya tienen una configuración diferente y que les posibilitará ser atendidos cómo necesitan.

No se trata de que ahora todos los alumnos sean de altas capacidades. Se trata de encontrar los que sí lo son y que puedan ser atendidos porque, aunque algunos no sean conscientes o no puedan poner palabras, tienen necesidades específicas, son diferentes.

Sus necesidades aparecen por unas características específicas en este colectivo que podemos reconocer fácilmente antes de que las escondan para quedar normalizados en el grupo. El primer niño que conocí cursaba P4 y actuó para que su vida no entrase en la escuela porque veía que las reacciones de los compañeros a sus aportaciones no siempre eran positivas. En Infantil, el lunes se hace un ejercicio oral de explicación de lo que han hecho el fin de semana. En el “Buenos días” de los lunes nuestro alumno dejó de explicar que había ido al Palau de la Música o al Cosmocaixa (Museo de la Ciencia)para decir que había ido al parque y al arenero que era mucho mejor recibido por los compañeros, pero no era real. Si se esconden a los 4 años, no me extraña que al final de Primaria o en la ESO no los veamos, sobre todo a las niñas. Se han convertido, ya, en los reyes y las reinas del camuflaje.

Hay un largo camino por recorrer. La identificación es necesaria, imprescindible. A mí me gusta hacer la predetección en INF 5 años y en Tercero de Primaria. Me gustaría que se pudiera hacer en todos los centros. No se trata de trabajar únicamente con los que ya presentan excelencia académica sino con todos aquellos que la pueden presentar.

La predetección es sencilla. Se trata de rellenar unos cuestionarios por parte de los padres (que son quienes tienen más información) y una charla con los tutores sobre la clase para confirmar la información familiar y complementarla. Algunos pasan también cuestionarios a los maestros, yo creo que es mucho más práctico llegar a lo que han visto, quizás sin ser conscientes de ello, a través de una charla informal y no a través de mil crucecitas en mil papeles.

Con los niños y niñas de altas capacidades debemos trabajar la parte cognitiva pero también la parte emocional y social. No son compartimentos estancos sino que están muy relacionados. Además encontramos niños con muy buenas capacidades en todas las áreas y otros con talentos simples o complejos. Todos requieren sus adaptaciones para estar lo mejor posible y poder desarrollarse como personas para llegar a ser la mejor versión de ellos mismos.

Generalmente los niños llegan a la identificación a partir de los padres, muy pocos a partir de los maestros. Quizás si hiciéramos una predetección en toda la población sería más fácil que en el cribaje les iríamos encontrando y podríamos trabajar con ellos desde la normalidad. Son niños y tienen que ser tratados como tales, pero si tienen altas capacidades hay que trabajar también su intensidad, hipersensibilidad, curiosidad, rigidez... para que consigan el equilibrio personal que merecen.

Partiendo de la predetección propondremos a aquellos que lo requieran la identificación. Las pruebas objetivas que nos harán concretar si tienen, o no, altas capacidades; y que justificarán las intervenciones educativas adecuadas.




No hay comentarios:

Publicar un comentario