lunes, 10 de octubre de 2022

Tutoría personalizada

 

Todos los niños son iguales en dignidad y todos requieren que en las escuelas conozcan y se atiendan sus necesidades acompañándoles en el proceso de llegar a ser la mejor versión de ellos mismos.

Cuando partimos de cero la palabra es igualdad. Que todos puedan recibir atención. Una vez esto ya está en marcha a palabra es equidad. Que cada cual reciba según sus necesidades. En la mesa lo entendemos perfectamente. Si a un grupo de niños nacidos el mismo año les ponemos la misma cantidad de comida algunos quedarán saciados, pero para otros puede ser excesivo o poca cantidad. Otro ejemplo claro lo encontramos en el calzado. Poner zapatos del mismo número a toda la clase hará que unos cuántos se sientan bien calzados pero tendremos un grupo a quienes los zapatos les irán: grandes, muy grandes, pequeños o muy pequeños. En ninguno de estos cuatro casos podrán andar bien, ni correr; ni siquiera llevarlos puestos todo el día...

Dar a cada cual lo que necesita es lo más adecuado pero no lo más sencillo. Para saber qué necesitan les tenemos que conocer. Y llegamos a una de las carencias más grandes de la escuela y del mundo moderno. A pesar de que todos los días tienen veinticuatro horas, muchos nos quejamos de no tener tiempo. La distribución del tiempo, las cosas impuestas dentro de estos tiempos hace que muchos adultos tengan la sensación, muy fundamentada en experiencias previas, de no llegar antes de empezar.

Las relaciones humanas requieren tiempo, crear complicidades, vivir cosas juntos... Es muy importante que los adultos podamos crear estos tiempos. Agendar la tutoría personalizada hace que creemos este tiempo porque si no, no lo tendremos. Este es el primer paso. Tenemos que empezar por cosas posibles aunque parezcan pocas. Un rato quincenal, diez minutos o un cuarto de hora, puede ser un buen inicio de tutoría personalizada. Tendremos que optimizar el tiempo. Pero el hecho de que lo ponemos en agenda implica para el alumno que se sienta acogido y atendido porque sabe que estar en esta agenda es ser conocido y reconocido, y tiene la posibilidad de ensanchar su espacio si hay una urgencia.(cuando pasa esto suele bajar la tensión y no suele ser necesario, con la posibilidad es suficiente).

Definir tiempo y espacio; dónde y cuándo. Tendremos que informar de las reglas del juego (si las propondremos nosotros, si las trabajaremos juntos, si puede presentar una propuesta...). Tenemos que ser muy disciplinados con la hora de inicio y de final. Suelo proponer poner una alarma cuando falten dos minutos para poder hacer el cierre de la sesión.

Para poder dar a cada cual lo que necesita los tendremos que conocer pero esto nos llevará mucho tiempo y quizás podemos empezar con unos básicos que van bien a muchos niños y jóvenes pero que tendremos que ir ajustando. Ya estamos en octubre y llevamos un mes de curso (un montón de horas). Necesitamos información precisa pero a veces algunos no la darán si no hay confianza... con estos, vamos a ciegas porque necesitan tiempo.

Lo más sencillo es proponerles la posibilidad de hacer una actividad individual mientras volvemos a repetir contenidos que él o ella ya ha adquirido. La propuesta será para ellos y para otros niños que están en situaciones parecidas (3 ó 4). La posibilidad de avanzar deberes que hemos escrito en la pizarra o la creación de ejercicios de aplicación de lo que estamos haciendo (crear problemas matemáticos o ejercicios de lengua... en su libreta o en la libreta complementaria donde suelen anotar las preguntas que les surgen durante la exposición). Tendrán que ser discretos con este trabajo. Hay que haberlo hablado con ellos y con la clase. Pedir autorización visual. Ellos saben en qué momento empieza la repetición (en algunos casos es ya en la primera explicación pero esta la tendrán que aguantar comprobando que no se hayan saltado ningún paso, en la segunda explicación ya pueden empezar si los docentes les autorizan). Es la muestra de que cada cual recibe el que necesita. Estos trabajos necesitarán una supervisión, no hace falta que sea diaria pero sí real.

Sus necesidades están en el ámbito cognitivo, social y personal. La parte cognitiva es relativamente fácil en la escuela o instituto. Tenemos que tener en cuenta que no se trata de proponerles tareas de cursos superiores ni de añadir tareas a las propias del curso. Hay que poner tareas “en llugar de”. Siempre empezamos por las tareas del curso como referencia y a partir de aquí pensamos, o les hacemos pensar a ellos (según los niños y jóvenes) en tareas de ampliación o profundización partiendo de los contenidos o procedimiento del curso. En el mismo ámbito que les permita conocer más (más vocabulario, más elaborado) o profundizar en los contenidos (más aplicaciones, otros contenidos que no se pueden dar en clase del mismo tema, relaciones entre contenidos,...).

Si necesitáis muestras podéis poneros en contacto con nosotros. Somos creadores de contenidos de intervención educativa en altas capacidades. Nos encontraréis en atencioaltescapacitats@gmail.com

Todas estas cosas son infinitamente más difíciles de explicar que de hacer pero hace falta que los adultos seamos muy disciplinados. Cualquier cambio en positivo por pequeño que sea nos acerca a la atención de la diversidad (también al alta). Los alumnos de altas capacidades nos necesitan.



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