jueves, 13 de junio de 2024

Jueves 13 de junio Los “iguales” no son iguales

 

Todos los niños son iguales en dignidad pero en el resto son todos diferentes. Cuando miramos la foto de cualquier grupo-clase del país ya vemos diferencias entre ellos (unos son más altos o más bajos, otros más delgados o más corpulentos, los hay que llevan gafas, lentillas o ven bien, algunos tienen el mismo color de piel o pieles muy variadas todas ellas de color carne, tienen los cabellos de mil formas y colores...). Son diferencias externas. Todos han nacido el mismo año pero en esto también tenemos diferencias porque unos lo hicieron en enero y otros en diciembre; algunos nacieron a término, pero otros fueron prematuros y llegaron con muchas dificultades. La salud de todos ellos, también los diferencia bastante porque no tendrán la misma protección lógica por parte de los padres cuando ha habido grandes dificultades con ellos o en la familia... Tenemos padres muy jóvenes, jóvenes, mayores y muy mayores. Tenemos padres autoritarios, permisivos, democráticos o negligentes. A pesar de que ahora la mayoría de niños son hijos únicos seguimos teniendo hermanos mayores, del medio, pequeños, o hijos de familias numerosas.

Cuando les vemos quietos ya observamos mil diferencias, pero cuando empiezan a hablar o a moverse las diferencias se multiplican. Cada cual tiene su manera de ser y de hacer. Los hay que son rápidos y lentos, de metódicos y de anárquicos, silenciosos y ruidosos, activos y pasivos... todos son diferentes entre ellos.

Todos los niños son diferentes. Los niños y jóvenes de altas capacidades son muy diferentes a los niños de su edad, nacidos en su mismo año, por sus características más habituales.

Generalmente todas sus características están bañadas de “intensidad”. Escriben su vida siempre en mayúsculas, desconocen las minúsculas. Todo es XXL, aunque ellos o ellas sean todavía XS. “Intenso o intensa” es el adjetivo que con más frecuencia usan los padres para sus hijos.

Cuando son pequeños la segunda característica más evidente suele ser la curiosidad. Parecen preguntas con patas... lo que les diferencia de otros niños es que cuando preguntan siempre escuchan la respuesta, piden explicaciones y sobre todo realidad. Muchas explicaciones generan nuevas preguntas. Pero en este mundo, no siempre está bien visto hacer preguntas. En clase, parece que desvía el tema que el maestro quiere explicar; parece que distrae y distorsiona. Algunos cuando se dan cuenta que sus preguntas molestan, dejan de hacerlas; primero en voz alta y al final dejan de hacerlas. Es terrible cuando pierden la curiosidad, porque es una de sus características esenciales. Recuperar la curiosidad es muy difícil (no imposible) pero requerirá mucho esfuerzo.

Tienen un radar que lee el lenguaje no verbal. No miran, escanean. Intuyen y conectan con la gente o no. Después podemos tener el problema de la carencia de filtro en el momento de comunicarse o no. Parece una locura pero la diversidad es tal que no podemos dar solo unas características porque cada cual tiene unas características, una mezcla especial, personal e intransferible.

Otra característica habitual es una gran imaginación y memoria. Muchos disfrutan inventando juegos y sus iguales de I3, I4, I5 no les siguen. Son juegos muy ricos, con muchas explicaciones y detalles, y los compañeros y compañeras no tienen tanta paciencia ni pueden recordar los detalles y el creador del juego les riñe si no juegan bien… Esto hace que algunos jueguen solos, no quieren jugar a los juegos simples de los compañeros y los compañeros no les siguen en sus juegos. Cuando serán mayores los compañeros reconocerán su gran imaginación pero no siempre les pueden seguir…

A veces son muy intensos y persistentes, algunos incluso obsesivos. Todo gira alrededor de su tema sean los dinosaurios, el espacio, los egipcios, el Titannic o las campanas extractoras. Los hay que son monotemáticos, y otros van cambiando de tema cuando lo han exprimido del todo. Los compañeros se cansan de oirles hablar de este tema...

Muchos son muy reflexivos y no paran de pensar. Temas como la justicia, la muerte, el valor de la vida, del dinero, el valor de la amistad, la implicación con la vida... desde muy pequeños tienen preocupaciones diferentes al resto de los niños de su edad. Si las comunican son muy diferentes. No siempre las comunican (porque algunos sienten que les hace más distintos) pero las tienen. Por lo tanto la diferencia suele ser grande.

Rigidez. Sí, unos son rígidos y otros muy rígidos. Les suele costar tolerar la frustración y su perfeccionismo y autoexigencia no les ayuda nada en este punto. La combinación de estas características mezcladas con la intensidad les hace muy diferentes del resto de niños y jóvenes.

Y todavía no hemos hablado de su dominio del lenguaje verbal. Algunos empiezan a hablar muy pronto, otros parece que empiezan tarde pero lo harán de manera muy completa. Su lenguaje es muy rico y muy específico. La estructura de las frases es compleja. Parecen viejos en el cuerpo de niños por lo que dicen, por cómo lo dicen y por el fondo que lo sustenta.

Todo esto les hace muy diferentes. Ellos se sienten diferentes. Al principio piensan que los demás son como ellos pero con el tiempo van constatando que no son tan iguales. Son iguales por fuera, pero por dentro son muy diferentes. No siempre son transparentes, a medida que crecen algunos mimetizan con la pared, con el grupo y se van diluyendo sobre todo para los ojos que no los saben/quieren mirar. Se esconden de tal manera que si no quieren, no los encontraremos. Pero vivir una doble vida es muy peligroso y nada saludable.

Cuando hablamos de diversidad tenemos que contar también con la diversidad al alta, en aprendizajes, en vida vivida con una gran intensidad, a menudo reactiva. Cuando explicamos a los niños la diversidad entre los niños ellos también están. Son diferentes. Son.

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