Todos los niños son iguales en dignidad pero en el resto son
todos diferentes. Cuando miramos la foto de cualquier grupo-clase del país ya
vemos diferencias entre ellos (unos son más altos o más bajos, otros más
delgados o más corpulentos, los hay que llevan gafas, lentillas o ven bien, algunos
tienen el mismo color de piel o pieles muy variadas todas ellas de color carne,
tienen los cabellos de mil formas y colores...). Son diferencias externas.
Todos han nacido el mismo año pero en esto también tenemos diferencias porque unos
lo hicieron en enero y otros en diciembre; algunos nacieron a término, pero otros
fueron prematuros y llegaron con muchas dificultades. La salud de todos ellos,
también los diferencia bastante porque no tendrán la misma protección lógica
por parte de los padres cuando ha habido grandes dificultades con ellos o en la
familia... Tenemos padres muy jóvenes, jóvenes, mayores y muy mayores. Tenemos
padres autoritarios, permisivos, democráticos o negligentes. A pesar de que ahora
la mayoría de niños son hijos únicos seguimos teniendo hermanos mayores, del
medio, pequeños, o hijos de familias numerosas.
Cuando les vemos quietos ya observamos mil diferencias, pero
cuando empiezan a hablar o a moverse las diferencias se multiplican. Cada cual
tiene su manera de ser y de hacer. Los hay que son rápidos y lentos, de
metódicos y de anárquicos, silenciosos y ruidosos, activos y pasivos... todos
son diferentes entre ellos.
Todos los niños son diferentes. Los niños y jóvenes de altas
capacidades son muy diferentes a los niños de su edad, nacidos en su mismo año,
por sus características más habituales.
Generalmente todas sus características están bañadas de
“intensidad”. Escriben su vida siempre en mayúsculas, desconocen las
minúsculas. Todo es XXL, aunque ellos o ellas sean todavía XS. “Intenso o
intensa” es el adjetivo que con más frecuencia usan los padres para sus hijos.
Cuando son pequeños la segunda característica más evidente
suele ser la curiosidad. Parecen preguntas con patas... lo que les diferencia de
otros niños es que cuando preguntan siempre escuchan la respuesta, piden
explicaciones y sobre todo realidad. Muchas explicaciones generan nuevas
preguntas. Pero en este mundo, no siempre está bien visto hacer preguntas. En
clase, parece que desvía el tema que el maestro quiere explicar; parece que
distrae y distorsiona. Algunos cuando se dan cuenta que sus preguntas molestan,
dejan de hacerlas; primero en voz alta y al final dejan de hacerlas. Es terrible
cuando pierden la curiosidad, porque es una de sus características esenciales.
Recuperar la curiosidad es muy difícil (no imposible) pero requerirá mucho esfuerzo.
Tienen un radar que lee el lenguaje no verbal. No miran,
escanean. Intuyen y conectan con la gente o no. Después podemos tener el
problema de la carencia de filtro en el momento de comunicarse o no. Parece una
locura pero la diversidad es tal que no podemos dar solo unas características
porque cada cual tiene unas características, una mezcla especial, personal e
intransferible.
Otra característica habitual es una gran imaginación y
memoria. Muchos disfrutan inventando juegos y sus iguales de I3, I4, I5 no les
siguen. Son juegos muy ricos, con muchas explicaciones y detalles, y los
compañeros y compañeras no tienen tanta paciencia ni pueden recordar los detalles
y el creador del juego les riñe si no juegan bien… Esto hace que algunos
jueguen solos, no quieren jugar a los juegos simples de los compañeros y los
compañeros no les siguen en sus juegos. Cuando serán mayores los compañeros
reconocerán su gran imaginación pero no siempre les pueden seguir…
A veces son muy intensos y persistentes, algunos incluso
obsesivos. Todo gira alrededor de su tema sean los dinosaurios, el espacio, los
egipcios, el Titannic o las campanas extractoras. Los hay que son monotemáticos,
y otros van cambiando de tema cuando lo han exprimido del todo. Los compañeros
se cansan de oirles hablar de este tema...
Muchos son muy reflexivos y no paran de pensar. Temas como
la justicia, la muerte, el valor de la vida, del dinero, el valor de la
amistad, la implicación con la vida... desde muy pequeños tienen preocupaciones
diferentes al resto de los niños de su edad. Si las comunican son muy
diferentes. No siempre las comunican (porque algunos sienten que les hace más
distintos) pero las tienen. Por lo tanto la diferencia suele ser grande.
Rigidez. Sí, unos son rígidos y otros muy rígidos. Les suele
costar tolerar la frustración y su perfeccionismo y autoexigencia no les ayuda
nada en este punto. La combinación de estas características mezcladas con la
intensidad les hace muy diferentes del resto de niños y jóvenes.
Y todavía no hemos hablado de su dominio del lenguaje
verbal. Algunos empiezan a hablar muy pronto, otros parece que empiezan tarde
pero lo harán de manera muy completa. Su lenguaje es muy rico y muy específico.
La estructura de las frases es compleja. Parecen viejos en el cuerpo de niños
por lo que dicen, por cómo lo dicen y por el fondo que lo sustenta.
Todo esto les hace muy diferentes. Ellos se sienten
diferentes. Al principio piensan que los demás son como ellos pero con el
tiempo van constatando que no son tan iguales. Son iguales por fuera, pero por
dentro son muy diferentes. No siempre son transparentes, a medida que crecen
algunos mimetizan con la pared, con el grupo y se van diluyendo sobre todo para
los ojos que no los saben/quieren mirar. Se esconden de tal manera que si no quieren,
no los encontraremos. Pero vivir una doble vida es muy peligroso y nada saludable.
Cuando hablamos de diversidad tenemos que contar también con
la diversidad al alta, en aprendizajes, en vida vivida con una gran intensidad,
a menudo reactiva. Cuando explicamos a los niños la diversidad entre los niños
ellos también están. Son diferentes. Son.
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