lunes, 15 de enero de 2024

Lunes 15 de enero ¿Le decimos que tiene altas capacidades?


Cuando nos hacemos esta pregunta es porque no tenemos claro cómo va a gestionar la respuesta nuestro hijo o hija. Algunos padres sufren por si comunicarles que tienen altas capacidades se convertirá en una presión o en una falsa ideación de éxito. 

Sí, y mil veces sí, deben saberlo pero no sin paracaidas... Hay que estar atentos y conectar con sus necesidades y ésta és una de ellas aunque no sea capaz de ponerle palabras. Vamos por partes...

El niño de pequeño piensa que todo el mundo es como él, pero cuando entra en contacto con sus iguales ve que no son exactamente iguales. Empiezan preguntando por qué los demás no hablan, o no les gustan sus juegos. Luego se preguntan por qué los compañeros de clase van tan despacio, por qué no recuerdan lo que hacen, por qué es necesario repetir las cosas muchas veces para que lo hagan bien. Se dan cuenta de que ellos son diferentes pero no saben por qué. Después se dan cuenta de que ellos son diferentes, y todos los demás son más parecidos entre ellos, por tanto, algunos infieren que ellos son los diferentes o extraños, y por tanto deben sufrir algún problema que nadie quiere explicarles.

Debemos encontrar un tiempo y un espacio acogedor para realizar esta comunicación. Es esencial para padres e hijos. Hay que explicarles su situación de forma que puedan entenderlo. Empezaremos hablando de diversidad. Su cerebro nos entiende perfectamente. Hay una diversidad, la que él/ella presentan, en la que se tiene mayor facilidad para aprender, recordar o relacionar conceptos. También hay niños y adultos que tienen dificultades para pensar, hacer o moverse. Reafirmando que todo el mundo es igual en dignidad y que merece ser atendido según sus necesidades... A partir de aquí podemos proponerle que pregunte lo que necesite porque juntos encontraremos las soluciones porque nosotros, aunque somos adultos, no lo sabemos todo pero tenemos la posibilidad de buscar respuestas. Y aquí empezará el acompañamiento para ver qué siente y qué supone para él/ella. Trabajaremos también cómo comunicarlo o no a los demás, niños o adultos.

Por lo general, no hablamos de altas capacidades, ni de superdotación o talentos. Solemos empezar hablando de las características que tiene y que esto es bueno. Es importante que se conozcan y que puedan llegar a ser la mejor versión de sí mismos. Esto significa que algunos aspectos no tan positivos de su forma de funcionar: rigidez, hipersensibilidad, intensidad... que habrá que limar, aminorar o aprender a convivir con ellos. Identificarlos es siempre la primera opción.

Cuando son mayores ellos mismos preguntan... ¿quiere decir que tengo altas capacidades? Porque él/a también puede estar “infectado” por los mitos no comprobados y nos dicen: si no tengo muy buenas notas, si no soy tan listo/a, si no soy rápido/a... Hay que decirles siempre la verdad y acompañar para asegurar que han entendido correctamente la información que les hemos hecho llegar sea cual sea su edad.

Yo creo que hay que observar cuál es la situación del niño o joven en el momento de realizar la identificación. Han realizado unas pruebas objetivas y seguro que quieren saber su resultado y qué supone. Algunos, los más pequeños disfrutaron mucho y quieren saber si lo hicieron bien.




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