En unos días, pasados los Reyes, volvemos a empezar las
clases. Volveremos a las rutinas después de las vacaciones más especiales del
año: las de Navidad. En ellas, las emociones están a flor de piel, tanto en lo
positivo como en lo negativo y para muchos niños, jóvenes y adultos son muy
difíciles de gestionar. Pero ahora hay que mirar hacia delante y empezamos el
segundo trimestre del curso que nos llevará hasta Semana Santa. Este año serán
tres meses completos; enero, febrero y marzo; en los que podremos realizar un buen
trabajo.
Es momento de hacer los propósitos para el año nuevo. El
curso pasado encontré el escrito de una maestra, psicopedagoga y divulgadora
educativa que es madre de dos adolescentes, Sonia López y me gustó. No hace
referencia específica a las altas capacidades pero si lo tuviéramos como base
creo que podríamos firmarlo muchos. Por eso os reproduzco su texto:
“La experiencia como madre y docente me ha enseñado que los objetivos más importantes que deberíamos marcarnos en la educación deberían ser:
- Que sean niños y jóvenes libres y con autonomía. Con un
pensamiento crítico que les permita pensar y decidir sin sentirse condicionados
por lo que puedan pensar u opinar a los demás.
- Que aprendan a ser dueños de sus vidas, que luchen por
cada uno de sus sueños y no los dejen en manos de la suerte o del destino. Que
estén dispuestos a esforzarse todo lo que haga falta sin poner excusas, siendo
conscientes de que en ocasiones la vida será injusta. Que aprendan a pedir
ayuda sin vergüenza.
- Que sepan amar a los demás aunque sean muy distintos a
ellos. A mostrarse respetuosos frente a la diferencia de edad, género, religión
e ideología. Sin juzgar el camino qué deciden elegir a los demás y mostrando
interés por conocer maneras de vivir y pensar diferentes a las suyas.
- Que encuentren aquellas cosas que les llenen la vida de
ilusión a través de la música, la ciencia, la literatura o el deporte. Que
nunca se cansen de aprender, de investigar, de preguntar las dudas, de mejorar
un poco a diario, de conocer a gente nueva o viajar descubriendo lugares
maravillosos.
- Que aprendan que los conflictos nunca deben solucionarse
alzando la voz o con violencia. Que es necesario defender las ideas con
argumentos y no con malas prácticas. Sabiendo reconocer los propios errores y
pidiendo perdón las veces que sea necesario.
- Que sean agradecidos, que sean capaces de valorar todas
las cosas buenas que ya tienen en su vida y aprendan a decir gracias y te
quiero. Que ayuden de forma desinteresada a todas las personas que lo necesiten
a su alrededor.”
En 2024 mi deseo es que los padres y madres con hijos de
altas capacidades se conviertan en el mejor ejemplo que los niños o jóvenes
puedan tener. Creo que no hace falta añadir más. Los mejores deseos para el
2024 que comienza: alegría, salud y trabajo. ¡Qué hagamos, entre todos, un muy
buen 2024!
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