lunes, 12 de mayo de 2025

Lunes 12 de mayo Matemáticas y Altas Capacidades

 

Hoy recordamos a Pere Puig y Adam que nació en Barcelona tal día como hoy del año 1900. Fue pedagogo y matemático. Fue una figura capital de la didáctica de las Matemáticas y de la renovación pedagógica y todavía hoy, sus planteamientos pedagógicos, tan avanzados en aquel momento, son referencia obligada.


Muchos niños y jóvenes de altas capacidades que presentan superdotación tienen buenos niveles en el área lógico-matemática. De entre los niños y jóvenes que tienen talentos algunos presentan talento matemático. Éstos son los que disfrutan con los números. He conocido muchos... y tienen historias muy curiosas.


Uno de ellos solo escuchaba a su mamá cuando ella ponía números en la frase: “!Te tengo que decir dos cosas!”.

Otro tenía contado el mobiliario urbano que había en el camino de casa a la escuela: farolas, papeleras, señales... y también le gustaba contar los escalones de las escaleras.


Muchos disfrutan con los problemas y los cálculos que a menudo hacen de memoria. Algunos de ellos no son capaces de saber cómo han llegado a un resultado determinado (que suele ser acertado). Yo les propongo que escriban el resultado que les sale y después a continuación intenten hacerlo sobre el papel como se lo han explicado en clase, como lo deben hacer sus compañeros.


Muchos son autodidactas e infieren o deducen procesos, pero a muchos de ellos no se llega por esta vía. Una niña de I3 me preguntó preocupada por qué ya hacía días que iba a la escuela de los mayores y nadie le había explicado nada de los números mayúsculos. Sabía que había letras mayúsculas y minúsculas, y pensaba que con los números sería lo mismo. Le tuvieron que explicar que hay diferentes tipos de números pero no hay números mayúsculos ni minúsculos. Un niño que había inferido las tablas de multiplicar le brillaron los ojos en clase cuando escuchó cómo funcionaba la multiplicación de la unidad seguida de ceros. ¡Él no había caído!


Cuando les proponemos participar en concursos matemáticos, como las Pruebas Cangur en Cartaluña, muchos están muy contentos pero otros lo combinan con el miedo al error o al fracaso que puede ser paralizante. Con ellos habrá que hacer un trabajo de escucha activa y de acompañamiento a través de la acción docente o tutorial.


Hay alumnos que disfrutan buscando otras maneras de hacer las cosas o de resolver los ejercicios mientras que otros no lo intentan porque son muy normativos, rígidos y les gusta complacer a los adultos y solo harán las cosas como ellos les indiquen. Si los docentes no les dan la indicación directa nunca lo intentarán y no es que no lo puedan hacer sino que se autocensuran. Hay otros que son los reyes del “y si...” y parecen disruptivos en el aula porque siempre tienen “ideas de bombero” (divergentes) e intentan hacer las cosas de manera diferente a cómo se les ha propuesto en clase.


Los hay que disfrutan con el cálculo, otros con los procesos, otros quieren saber de dónde salen las fórmulas... Dentro del talento matemático hay mucha variedad, después se combina con el resto de características personales de cada cual y esto justifica que hayamos de poner la lupa en cada uno de ellos para poderles acompañar para que puedan desarrollar todas sus capacidades.


También encontramos alumnos que no quieren destacar. Observad este caso:

En clase, la maestra propone una tarea que repetirán una vez por semana. Se trata de una hoja de operaciones que tendrán que calcular durante dos minutos cronometrados. Después ella nos dijo que no lo hizo expresamente ni de forma muy meditada, pero puso en marcha una estrategia respeto esta actividad. Una vez pasados los dos minutos tenían que contar las operaciones realizadas correctamente y pasar los datos a una hoja de registro. Si conseguían más operaciones acertadas que la semana anterior lo escribían en verde, si habían hecho las mismas registraban en azul y si eran menos en rojo. Empezó con menos de la mitad de operaciones. Cada semana conseguía dos operaciones más. Siempre en verde. Pero un día la maestra dijo: “Hay algunos niños que están a punto de acabar las operaciones. Los que hagan todas las operaciones bien durante dos días seguidos podrán subir de nivel”. El día siguiente ella consiguió acabarlas todas en dos minutos y la semana siguiente nuevamente las resolvió todas bien en dos minutos. Tenía ganas de hacer el siguiente nivel. La maestra no la veía y ella se escondía.

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