Estamos en el tercer trimestre, a punto de acabar el curso.
En el caso de los alumnos de altas capacidades deben quedar registradas las
actividades que se han hecho distintas o específicas. Esto nos permitirá que
una vez acabado el curso podamos preparar el siguiente.
Los alumnos que tienen todas las materias superadas ya
tienen dos tercios de curso cerrado, y están en la recta final. Los docentes,
en este momento, trabajamos en dos cursos a la vez sobre todo por lo que se
refiere a los alumnos que requieren una atención específica. Es muy conveniente
agendar una entrevista de tutoría con los alumnos de altas capacidades en
concreto para valorar el curso, no solo el trabajo del alumno. Vamos a preparar
la entrevista. Le daremos la información antes y si sabe que lo escucharemos
(no que haremos el que nos diga, con solo que tendremos en cuenta el que nos
diga) de buen seguro que funcionará. Lo tenemos que escuchar, saber qué piensa.
Recordad que hay niños y jóvenes políticamente correctos y que difícilmente nos
dirán lo que piensan, nos dirán lo que creen que nosotros queremos oír. Aun
así, merece la pena provocar esta sesión porque quizás hasta ahora nunca nadie les
ha pedido su opinión y puede ser un punto de inflexión. En esta valoración
podemos ver cuál es su vivencia en las diferentes materias. Cómo vive las
clases: si se aburre (no aprende cosas nuevas, la velocidad es muy lenta,
siente que los compañeros no dejan avanzar...) en algunas materias. Si
participa en las clases, si realmente aporta. Si las tareas propuestas le son
fáciles o difíciles, si las presenta con cuidado, si encuentra interesantes las
tareas escolares, si querría proponer alguna actividad. También podemos repasar
cómo ha vivido las actividades especiales y las salidas escolares. Si se le han
propuesto actividades específicas también escucharemos su opinión.
Una vez escuchado el alumno, vaciando la información y
combinándola con nuestra observación-reflexión y la del resto de profesores podemos
encontrarnos con el tutor del curso próximo, la persona responsable de la
comisión de diversidad o maestro de educación especial y podemos empezar a preparar
el próximo curso. Es un trabajo de equipo muy interesante.
No tendría que pasar que en septiembre volvamos a partir de
cero y nos pasemos un tiempo observando y sin iniciar la actividad específica.
No hay que poner el contador a cero cada septiembre... no podemos permitir que
en septiembre volvamos a empezar... el nuevo tutor lo tiene que conocer y el
resto de profesores para valorar si le hace falta un acompañamiento específico
y nos plantamos en noviembre. Esto significa perder inútilmente el primer
trimestre en atención específica. Si hacemos esto, anulamos el buen trabajo realizado
hasta el momento. El trabajo del curso actual nos tiene que servir para que septiembre
sea una continuación de aquellas cosas que han funcionado, sin volverlas a
cuestionar e introducir aquellos cambios que se puedan ya prever desde este
curso para el próximo (por cambio de centro, de materias, de compañeros...).
En verano podemos valorar qué haremos de específico el
próximo curso, como construirlo para que haya una preparación real y una
reunión antes del inicio del curso con el tutor y presentar la propuesta de
nuevo curso. De este modo empezaremos trabajando de manera específica y
adecuada desde el primer día de clase del curso 2025-2026.
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