lunes, 26 de mayo de 2025

Lunes 26 de mayo ¡Jugamos con juegos de mesa!

 

Los humanos necesitamos jugar. Aprendemos jugando. No solo los niños, también los adultos. Hoy hablaremos de los juegos de mesa. Generalmente los usamos en casa. Desde muy pequeños podemos jugar a juegos de mesa en familia y lo podemos seguir haciendo cuando son adolescentes o jóvenes.

Para jugar necesitamos saber seguir instrucciones. Tenemos que poder seguir normas cuando nos son beneficiosas, y también cuando no, y esto no es fácil. Según las edades empezaremos con reglas del juego sencillas y poco a poco se podrán ir complicando. Generalmente, hablamos de reglas fijas que se pueden pactar antes de empezar el juego y no se pueden variar una vez el juego ya ha empezado. Hay personas muy competitivas y otras que no lo son, pero independientemente de la competitividad de cada cual, todos tenemos que aprender a jugar, a ganar y a perder. Cuando uno gana implica que hay alguien que pierde. Algunos, para evitar esta situación sólo juegan a juegos cooperativos. Es interesante, pero el aprendizaje de jugar es un aprendizaje para la vida. El juego nos permite entrenar. A veces ganaremos, otros perderemos y tenemos que hacerlo con estilo. Recordad que los adultos somos modelos y referentes para los niños. Nos observan y aprenden de lo que hacemos no sólo de lo que decimos. Muchos viven el juego con intensidad. Tienen que aprender a convivir con el éxito y el fracaso. Hay que saber ganar y perder, con estilo.

Pero no aprendemos a jugar únicamente con los juegos de mesa. El deporte o los juegos de patio son actividades en las que también hacemos prácticas de seguimiento de normas y también de sociabilización.

¿Qué hace que ganemos o perdamos? Hay veces que es por el azar, en otras ocasiones depende de la habilidad de los jugadores o de su estrategia.  

Alberto cursa Tercero de Primaria, lleva muy mal cuando pierden con su equipo de fútbol, en cambio su manera de perder era totalmente diferente cuando se trataba de las partidas de ajedrez. En el ajedrez, él era consciente de que estaba empezando y que había niños que llevaban más tiempo jugando, sabían usar más estrategias y por tanto eran rivales más fuertes. No estaba contento, pero no le dolía perder. La valoración de los rivales en el fútbol era diferente. Esta temporada los equipos contrarios son muy parecidos a su equipo con jugadores buenos y otros no tan buenos; por lo tanto cree que si no son capaces de ganar es por falta de implicación. No habían hecho todo lo posible. Exige, porque también lo hace con él, máxima implicación y máxima eficacia para todos los integrantes del equipo. En cualquier caso es conveniente que sean capaces de observar qué ha pasado, que han hecho y ser capaces de hacer la reflexión que los llevará a ajustar qué podría haber sido su actuación. Tenemos que acompañar a Alberto a vivir de una manera adecuada el hecho de ganar y perder en cualquier situación (tanto en el fútbol como en el ajedrez).

¿Cómo les podemos ayudar a aprender a ganar y perder? Es del todo desaconsejable dejarles ganar siempre, sobre todo con la excusa de que no se enfaden. También es desaconsejable no dejarles ganar nunca para que se hagan fuertes. Podemos utilizar juegos de azar, que hacen que a veces ganen unos y otras veces otros. Después podemos ir pasando a juegos de habilidad, ajustándolos a las habilidades de los niños. Fair play, respecto al contrincante, implicación en el juego, respecto al juego y a un mismo... Intentaremos poner palabras a lo que sentimos en cada momento. Es una manera de seguir trabajando la metacognición. Cómo pensamos, como aprendemos, como podemos mejorar...

Merece la pena jugar y pasarlo bien antes, durante y después del juego. Con el juego aprendemos a vivir y también a encarar la incertidumbre, el error y las emociones.

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