El tema del uso del tiempo de patio suele preocupar a las maestras de Infantil y Primaria cuando tienen alumnos de altas capacidades. Les observan y no les gusta que estén solos o que hagan cosas “poco habituales” en el tiempo de patio. Nuevamente tenemos que hablar de una gran diversidad en niños y jóvenes al encarar el tiempo de patio. La vivencia del patio depende de muchos factores y hoy os presento unos cuántos ejemplos:
A Ramón le
gusta mucho el fútbol y es muy bueno marcando goles. Para él el tiempo del
patio es un tiempo deseado. Los dos días sin pelota también sabe jugar a otros
juegos y los disfruta. Siempre vuelve a clase sudado, pero contento.
A Marcos le
gusta ir a su aire. Nunca le ha gustado el fútbol, pero ahora ya sabe que si
quieres ser alguien a clase tienes que jugar a fútbol. Hay mucha diferencia con
sus compañeros y él no tiene ninguna práctica con la pelota. Corre por la pista
con ellos. Funciona en paralelo, hace de público, de marcador y de árbitro en
la sombra. Está allí, querría, pero aunque no interacciona con los compañeros
está bien, no lo necesita. Vuelve contento a clase cuando se acaba el patio.
A Lucas no le
gusta el fútbol. Cuando sale al patio le gusta ir a las jardineras del patio a
buscar insectos. Le encantan los bichos bola. También disfruta con Felipe jugando
a juegos en los que son exploradores o astronautas... todo con mucha
imaginación, a veces se añaden otros compañeros pero habitualmente están ambos
solos, no necesitan nadie más.
Laura sale al
patio con un libro. Busca un rincón escondido para leer. Si la ve la maestra le
dice que tiene que jugar con los compañeros, que el patio es un tiempo para
jugar pero ella prefiere leer.
Mónica, a
pesar de que cursa Primero de Primaria disfruta compartiendo el rato de patio
con las niñas de Sexto. La maestra quiere que juegue con sus compañeras y ella
tiene un sentimiento ambivalente está bien con las mayores y siente que
traiciona a sus compañeras de Primero, pero con ellas se aburre mucho.
Andrés cuando
sale al patio se va lo más lejos posible, necesita un tiempo solo. Después
juega con los compañeros un rato, pero antes necesita su tiempo solo...
silencio, paz...
A Alba no le
gusta nada el patio, preferiría seguir aprendiendo cosas. No necesita
descansar, necesita aprender. No quiere parar... prefiere arreglar la clase,
preparar las cosas para la clase siguiente...
Siete maneras
diferentes de vivir el patio. Escucharles, saber qué necesitan es el primer
paso; acompañarles para que sean lo más completos posible, es el segundo. El
patio es tiempo de relación, juego, descanso.... Una cosa es como lo viven hoy,
y otra, como lo pueden llegar a vivir. Empezamos escuchando y reflexionamos
juntos sobre los usos del tiempo de patio.
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