Algunos docentes creen que hay
que hacer cosas extraordinarias con los alumnos de altas capacidades. Pero
atender sus necesidades puede pasar por actividades mucho más simples. Tenemos
que pensar en abierto. Tenemos que pensar en posible.
Hay alumnos apasionados por las
ciencias. Hay profesores de ciencias que no encuentran el momento de hacer
experimentos con la clase porque no tiene tiempo de prepararlos, y al final guardarlo
todo antes de la siguiente clase. En estos alumnos puede tener unos fantásticos
ayudantes de laboratorio. Pero no se trata de que hagan el trabajo mecánico
sino de que en un momento específico entiendan el por qué del experimento, las
dificultades que se pueden encontrar y como solucionarlas. Con un punto de
dedicación específica pueden colaborar en actividades colectivas. Nunca tiene
que ser una imposición sino una colaboración con plus.
Hay alumnos que hacen música extraescolar y tocan instrumentos. El 22 de noviembre se celebra Santa Cecilia, patrona de la Música. Les podríamos proponer que durante aquella semana tocaran alguna pieza en la entrada o salida del instituto, o participaran en algún acto del centro en el que cantan todas las clases sea de manera interna o con público. También pueden ir a alguna residencia de ancianos a tocar, o este año hacerlo grabado si no hay posibilidad de hacerlo en directo. También se puede hacer una pequeña actuación con canciones infantiles, o de un país determinado, o de estilos diferentes, o de músicas Disney o de películas, de actualidad... hay mil posibilidades. Todos los instrumentos pueden ser invitados. Incluso lo pueden grabar en casa. Estudiar música requiere mucha disciplina y es bueno hacer saber qué hacen los alumnos “fuera de horas”. Potenciemos estos talentos musicales en estos días o cuando queráis. Algunos alumnos quizás preferirán tocar y grabar solo el sonido, o las manos y pasar desapercibido; otros querrán ser protagonistas. Cada cual, desde su estilo, merece que reconozcamos y fomentamos su talento musical.
Hay alumnos a los cuales les gusta mucho leer. ¿Podríamos proponerles que participen en un club de lectura? Una lectura mensual y un tiempo para comentarla presencial o virtual... ¿es posible? O una lectura trimestral para empezar... Una lectura de altura, diferente de las propuestas en la escuela... en relación con la filosofía, teatro clásico, ciencia ficción... Estarán contentos de salir del “Manolito gafotas” o de la “Hormiga Piga se va de excursión” y leer por sus intereses.
Los hay que son tecnológicos. Les gusta inventar, probar, construir, desmontar... piezas, maderas, bisagras tornillos, claves... herramientas... ¿pueden tener su espacio en la escuela o en el instituto? ¿Pueden tener un maestro que les oriente y anime? ¿Les podemos proponer un proyecto partiendo de sus necesidades pero hecho con rigurosidad? No nacen enseñados, tienen muchas ganas de aprender pero un adulto interesado al lado les ayudará mucho. Partiendo de un tema, quizás de otro curso, pueden colaborar con una pieza o con una explicación. Podemos trabajar la transversalidad de los conocimientos con una aplicación distinta.
Y los artísticos. Los hay que serían muy felices ayudando a las maestras de los pequeños a decorar las clases, o participando en los decorados del Festival de Navidad o de Fin de curso, o trabajando en la figura del Rey del Carnaval, o pintando un mural en la escuela, o creando personajes en 3D de las mascotas de las clases con papel maché, o diseñando el vestuario de la obra de teatro... Hay mil maneras de incluir a los más artísticos en la vida de la escuela o el instituto.
Hay otros a quienes les encanta
escribir. Sabemos que si queremos pasar la vida de la escuela o instituto a las
redes sociales es un trabajazo: recoger datos, escribir, buscar imágenes, colgarlo…
Podemos crear una comisión periodística? El profesor puede coordinar su trabajo
o en los grupos de alumnos más mayores se podrían incluso autogestionar. Desde
una hoja a un blog, a una revista o un programa de radio. De un detalle a una
actividad más grande.
Merece la pena empezar con poco,
con un detalle y ya iremos creciendo.. Sí, quizás al principio puede
convertirse en un trabajo extra pero una vez está sistematizado puede dar
respuesta a las necesidades de este colectivo. Puede ser aquel oxígeno que les
permita seguir con las tareas cotidianas. Siempre debe haber voluntariedad, y a
la vez tendremos que seducir a algunos que ya han tirado la toalla y ahora
hacen el mínimo esfuerzo y no se enganchan a extras. Unos desean estas
actividades y otros las rechazan, pero para todos son necesarias y casi
imprescindibles. Si es posible, no tendría que ser “además de”, debería ser “en
lugar de”. Pero de esto hablaremos en otro post...
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