lunes, 23 de noviembre de 2020

Decálogo para Educar con Filosofía (Segunda Parte) (Padres)


Los decálogos me sirven para ordenar ideas. Y ese es el caso del último que ha caído en mis manos. Pertenece a Carlos Goñi y Pilar Guembe, un matrimonio de Navarra que escribe a cuatro manos, y utiliza la profesionalidad y el sentido común en sus escritos. Este decálogo forma parte de su libro "Educar con filosofía". Yo la he adaptado a nuestros niños y jóvenes de altas capacidades. Esta es la segunda parte del decálogo, la primera se publicó el 5 de noviembre de este año.


6.- Todo lo que es innecesario es una limitación. Me parece muy interesante este punto. Muchas veces hay padres que hacen cosas por sus hijos que son una limitación: los que preparan la cartera del hijo, preparan la ropa de deporte, hacen la cama, preparan el desayuno... en lugar de dejar que lo hagan ellos mismos. En edades muy tempranas lo puedo entender pero después hay muchas cosas que pueden hacer y tienen que hacer ellos solos. Les da autonomía y les ayuda a entender que las acciones tienen consecuencias naturales: si te dejas la bolsa de piscina no podrás hacer natación, si no pones la ropa para lavar no va sola en el barreño de la ropa sucia y no estará limpia, si tus cosas no están ordenadas no las encontrarás y perderás tiempo buscándolas... Es cierto que al principio no son muy hábiles y pueden invertir mucho tiempo en acciones cotidianas que nosotros hacemos mucho más deprisa. Podemos empezar por ponerse el pijama por la noche o vestirse el fin de semana, cuando no hay tanta urgencia. Si le hemos ido haciendo todo es normal que cuando dejemos de hacerlo haya ciertas resistencias, pero hay que insistir. Su autonomía es esencial para su crecimiento personal. A veces, la figura de los padres es la de quien hace todo lo que el niño o el joven necesita. "No llevo la bata porque la madre no me la ha puesto a la bolsa", "no llevo la hoja para que no me la han firmado", "no he desayunado porque mi madre no me la ha hecho"... debemos trabajar la responsabilidad y la autonomía desde casa.


7.- La educación siempre es personalizada. Y más cuando está en casa. Es frecuente que los padres digan, no entendemos por qué los hermanos son tan diferentes si los hemos subido igual. Es una frase hecha que quiere decir que los hemos educado siguiendo los mismos criterios y sin favoritismos pero está claro, si nos fijamos, que adecuamos a cada uno la información, los límites e incluso las normas a su manera de ser. Cuando hablamos de niños y jóvenes de altas capacidades volvemos a la diversidad pero además teñida de un cóctel, a veces, explosivo: rigidez, intensidad, hipersensibilidad, memoria de elefante, en algunos casos gran normatividad y amor a la verdad y la justicia... esto hace que los debamos tratar de manera diferente y la rivalidad entre los hermanos puede ser muy evidente para aquellos que llevan cuentas de todo, excepto en lo que les favorece. Tener un tiempo para cada uno de los hijos en exclusiva es importante y necesario para todos los niños, y esencial para los niños y jóvenes de altas capacidades.


8.- Los niños y también los jóvenes necesitan pasar tiempo con nosotros. Tiempo de ocio: tiempo para jugar, pasear, hacer deporte, charlar, de contar cosas, de hacernos cosquillas, de reírnos... Tiempo para nosotros. Tiempo para hacer cosas juntos. Crear una buena comunicación desde pequeños es importante. Un tiempo para estar, para curiosear, para disfrutar, para esperar, para vivir juntos. La vida es mucho más que la escuela y los resultados académicos. La vida es mucho más que nuestra relación con la familia extensa y los amigos. La vida la viviremos con nosotros y con nuestros. Que nos podamos conocer, ver nuestras fortalezas y trabajarlas. Os propongo investigar sobre la familia: cómo está de capacidad de generar y mantener la alegría; y de apreciación de la belleza. Son dos fortalezas muy necesarias en este tiempo de pandemia (las he encontrado en la web de Nuria Mata, psicóloga y psicoterapeuta nuriamata.com). Seguro que salen cosas muy interesantes.


9.- La educación siempre debe ir acompañada de afecto. No estamos hablando sólo de instrucción, de conocimientos, de hábitos. Estamos hablando de ayudar a crecer a las personas que ya son; para que lleguen a ser la mejor versión de sí mismos. Esta gran tarea para nosotros, para nuestros hijos y para la sociedad sólo se puede hacer desde el respeto y el afecto. Desde el corazón serán aquellas personas que pueden llegar a ser. Personas con mayúsculas, que sin corazón pierden el sustantivo, no las podemos llamar personas. Los adultos como modelos de afecto somos importantes. Después, ellos decidirán; y harán lo que han visto o todo lo contrario, pero no podemos no ser referentes para ellos. La vida no es teoría, es práctica: a vivir se aprende viviendo y observando cómo viven los que tenemos más cerca.


10.- Los padres tienen un trabajo de formación continuada. No es necesario que sea una formación formal, aunque cada vez hay más cursos on line de mil temas diferentes que nos pueden ser interesantes. Leer la vida con interés por aprender, leer buenos libros, intentar ser coherentes, buscar un tiempo para nosotros, ser buenos modelos para nuestros hijos ... es un trabajo apasionante!




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