jueves, 28 de agosto de 2025

Jueves 28 de agosto Preparamos la vuelta en la escuela 2 (Padres)

 

Con la llegada del mes de septiembre solemos empezar a poner la vida en modo “curso” y dar por acabadas las vacaciones, lentamente... Hay que reiniciar unas rutinas que han sido modificadas por el periodo estival y que nos son beneficiosas en áreas muy diferentes desde la autonomía o la autoregulación hasta la salud.


Aquí no hay recetas mágicas. Hay niños que necesitan un corte radical en los horarios, otros una aproximación tranquila y sostenida, pero para todos ellos es bueno que tengan en cuenta el objetivo y participen en la construcción de la metodología que mejor los puede ir combinada, siempre con la realidad de cada cual. Hay familias en las que el día uno de septiembre empieza la rutina del curso y otros que tienen como referencia el primer día de clase, para ellos con un par de días antes el cambio de horario de ir a dormir y quitarse es más que suficiente. Cada niño es un mundo y cada familia también.


Las rutinas nos dan estructura y un marco estable. Pero tenemos que vigilar porque con la intensidad que lo viven todo, por algunos puede ser como una obsesión, muestra de su rigidez, y tenemos que trabajar la flexibilidad también en este campo. No significa romper de las normas, porque cada día puede haber un motivo, pero si viene la abuela a cenar quizás podemos ir a dormir algo más tarde y hacer una excepción.


Este cambio de hábitos tiene que ser muy pensado porque nuestro cerebro no distingue entre rutinas buenas y malas (ver la tele comiendo palomitas puede estar en el mismo nivel que hacer deporte...) a todo nos acostumbramos... nuestro cerebro es muy cómodo.


Preparar los enseres (estuche, bolígrafos, lápices, colores, compás, reglas...), los libros y libretas, la bolsa o mochila, el equipo de educación física... es otra de las tareas que algunas familias han dejado por septiembre (otros lo hicieron en junio o julio). Podemos repasar lo que ya tenemos y podemos seguir usando, y lo que necesita un recambio. Es una de las partes en las cuales la comunicación, la responsabilidad, y el hecho de elegir se convierten en una tarea que podemos hacer de manera consciente, y no deprisa y corriendo. Cuando les permitimos que piensen, argumenten y decidan, según su edad, les estamos ayudando a valorar y tomar decisiones a seguir construyendo su autonomía. Recordad que ciertamente puede llevar más tiempo, negociación, informar de ciertos temas como el presupuesto del que disponemos... pero este tiempo siempre es aprovechado y bien invertido. Sería conveniente que los enseres no aparezcan como por arte de magia porque es más rápido hacer nosotros el trabajo.


Preparar el curso no es únicamente preparar  horarios y enseres. Un curso es mucho más y este puede ser motivo de más de una charla tranquila padres e hijos. El inicio de curso no es igual para todos. Las expectativas juegan un papel importante, ellas o la carencia de ellas. Algunos empiezan ilusionados, y otros muy desencantados porque saben que volveremos “a lo mismo” con todo lo que esto comporta. Otra charla interesante puede ser sobre el bullying. Dicen las estadísticas que tienen el mismo tanto por ciento de posibilidades de recibirlo que de hacerlo. A veces, sus situaciones se pueden volver límites y pueden ir hacia donde ni quieren ni imaginan. En el libro Stop al Bullying de Lolita Bosch podéis encontrar a partir de la página 106 como preparar a los hijos desde casa para prevenir esta lacra, que a pesar de los esfuerzos de muchos es presente en las escuelas. Hablar es el primer paso. Dejar la puerta abierta para que la comunicación sea fluida también en este tema. Atreverse a ser pacíficos y tolerantes y saber pedir ayuda, y ayudar a los otros; si hace falta. Podremos hacer prácticas en casa dramatizando escenas posibles y aprender en frío cómo reaccionar. No se trata de aplicar patrones sino de encontrar su manera de vivir y de ser la mejor versión de él o ella misma.


Repasar las vacaciones, y pensar en que esperamos del nuevo curso puede ser otro tema... Mirar atrás: cómo fue el curso pasado qué queremos volver a hacer porque nos fue bien, que queremos cambiar... el pasado analizado nos lleva a preparar un buen presente pero no lo asegura. Cambiarán las circunstancias y lo que servía quizás ya no sirve... es la vida... pero nos ayuda. Mirar adelante: quizás más allá de este curso... hacia donde le gustaría ir. Algunos lo tienen muy claro, otros tienen tantas posibilidades abiertas y posibles que no pueden elegir todavía. Soñamos en grande y vamos hacia allá, sabiendo que quizás cambiaremos de objetivo pero ahora nos impulsa adelante.


Nada está escrito en piedra pero todos sabemos que los primeros días son importantes. Para algunos es el momento de observar y estar en una tranquila segunda fila. Otros no pueden evitar mostrarse. Todos conocemos nuestros hijos y los podemos acompañar desde la comunicación, la escucha activa o el silencio. Viven su vida en directo y a su manera, conscientes o no de que sus acciones dejan huella pero, por suerte muy pocas veces imborrable. ¡Preparemos la cuenta atrás!



martes, 26 de agosto de 2025

Martes 26 de agosto Preparamos la vuelta a la escuela (Padres)

 

Todos los niños y jóvenes son diferentes, y entre los que presentan altas capacidades también encontramos muchas diferencias. No solo por la parte de la inteligencia que nos puede llevar a talentos simples, compuestos o superdotación sino que esta parte cognitiva se mezcla con: cómo es cada cual, lo que ha vivido, y sobre todo, cómo lo ha vivido. La diversidad está asegurada. Por eso, muy a menudo, hablaremos de una manera de vivir y de su contraria; porque todo puede ser cierto dentro del mundo de las personas con altas capacidades.


Podemos tener niños o jóvenes que ya hace días que cuentan los días que faltan para empezar la escuela. Lo hacen con aquella ilusión de quien quiere volver a ver el maestro, los compañeros, de quien necesita una rutina que vive con pasión. Quizás son aquellos que empiezan escuela nueva o que tienen un cambio importante, pasan a ser los mayores de la escuela, cambian de patio o de actividades. El primer grupo diríamos que están en una cuenta atrás ilusionada, y a medida que se acerque “el gran día” pueden mostrar incluso un pico de ansiedad por aproximación. Tienen grandes expectativas y quizás los primeros días de curso, cuando algunas de ellas no se cumplan, los tendremos que recoger con una pala... Recuerdo una niña de I3 que me llamó por teléfono el tercer día de clase y me dijo: “La escuela de los mayores no es lo que yo esperaba! Las maestras cantan, los niños lloran, no han explicado nada interesante, no nos han puesto deberes... y todavía nadie me ha hablado de los números mayúsculos!”. Pobrecita, en el peor de los casos le quedaban trece años de escuela y ya estaba desencantada el tercer día....


Un segundo grupo podrían ser los “políticamente correctos”. No les apasiona la escuela pero saben que los adultos se han puesto de acuerdo en que hay que ir. Quizás preferirían quedarse a casa pero no harán un problema de una lucha en la que tienen todas las de perder. Gustar a sus adultos, mantener las normas son su manera de vivir. Y como decía aquel presidente en Polònia (un programa de actualidad política tratado con humor) ... “con ilusión” o no, pero si es que no, ellos no nos lo mostrarán. Participarán en las compras y preparaciones previas al inicio de curso. Esconden los problemas bajo la alfombra. Son peligrosos porque callan. Como adultos responsables necesitamos que entiendan que sus incomodidades no son sus errores ni de los maestros, a menudo son cosas que se pueden trabajar pero necesitamos saberlas. La comunicación es esencial pero los cuesta mucho. Una niña de Primero de Primaria decía “La señorita ha estudiado y me quiere. ¿Cómo le voy a decir que hay cosas que me gustaría que fueran diferentes? Ella lo hace especialmente para mí, ella sabe...” Nos costó años que viera que no se trataba de decir lo que su maestra hacía mal sino lo que podía mejorar... porque ella no tenía toda la información, no tenía el punto de vista de la niña, y no lo tendría nunca si ella no se lo daba.


Un tercer grupo pueden ser aquellos que querrían evitar la vuelta en la escuela porque hay una serie de cosas que les hacen daño. En el ámbito cognitivo: la lentitud de llegada de los conocimientos, la espera constante, la carencia de escalado en la dificultad de las propuestas de ejercicios, la repetición de ejercicios muy parecidos, la rigidez las indicaciones... Para otros, las dificultades no son tan cognitivas (porque se han adaptado o no les dan tanta importancia) sinó sociales: la mirada de los otros, la presión social, el aislamiento voluntario o no deseado, la diferencia de intereses, la necesidad de contacto físico a menudo mal leída, la necesidad de comunicar que hace que se hagan pesados con sus obsesiones... Algunos de estos niños o jóvenes podrían evitar hablar de la vuelta a la escuela hasta que sea imprescindible, pueden prepararlo todo pero tenerlo escondido o esperar a preparar al último momento con la tensión familiar que puede suponer.

 

Con la adolescencia sabemos lo importando que es ser un mismo o formar parte del grupo. Ellos suelen empezar la adolescencia antes porque el planteamiento de la identidad en muchos casos es precoz. Cada cual tiene sus preferencias pero ya saben que ser diferente tiene consecuencias. Siempre hay que estar a su lado y conseguir que nos expliquen qué quieren hacer, cómo quieren hacerlo... La respuesta es la comunicación. Ya sabéis que el mejor momento para hablar es aquel en el cual bajan la guardia: en un paseo el uno al lado del otro, en el coche, secándose los cabellos, en la cocina, haciendo bricolaje o actividades manuales, antes de ir a dormir.... Tenemos que encontrar el momento y cuidar este momento para se pueda repetir. La comunicación es esencial y solo se dará si se sienten seguros, cómodos y no enjuiciados... Los padres tenemos que trabajar para que estos momentos sean posibles, los tenemos que provocar... No es solo para los adolescentes, la comunicación es importante para todos y todas.  Seguimos hablando el jueves.

lunes, 25 de agosto de 2025

Lunes 25 de agosto !Volvemos!

 

El 2 de octubre de 2013 abría el blog en catalán con este post:

“Ya está en marcha el bloque de atención a las Altas Capacidades. Es la consecuencia natural de la práctica educativa y la necesidad de hacer llegar mi experiencia en este apasionante mundo de las Altas Capacidades. Algunos dicen que son un problema, otros un inmenso beneficio... "todo es del color del cristal con que se mira"... para mí las altas capacidades son una situación que acompañada y tratada nos puede llevar a que niños y jóvenes puedan llegar a ser PERSONAS EN MAYÚSCULAS.”


Doce años más tarde sigo aquí, escribiendo para divulgar, para dar a conocer esta realidad escondida y mal comprendida (porque los mitos y las falsas ideas se han incorporado como verdades absolutas tiñendo de dolor e incomprensión la vida de muchas personas: pequeños y mayores).


Hoy: ¡Volvemos! No se ha acabado el mes de agosto pero ya estamos calentando motores porque nos espera un buen curso. ¡Entre todos trabajaremos para que sea un buen curso!


Hay novedades:

- Ampliamos el equipo base con Jordi Albert que colabora en las actividades de formación, atención y seguimiento; y con Maura Sebastià que colabora haciendo identificaciones.

- Tendremos dos posts semanales sobre la misma temática (lunes y jueves) lo que nos permitirá aportar más información del porqué y del cómo, acompañando y dando ideas de lo que podemos hacer desde casa y desde el centro docente.

- Empezaremos a instagram: los jueves recogeremos el resumen de los posts de la semana.

- Reaparece, por fin, el Programa Atlàntida, con el equipo habitual y nuevas incorporaciones. En el primer trimestre de curso con acciones puntuales y en enero con un nuevo formato (si todo acaba cuadrando...).


Ya estáis informados. Ponemos manos a la obra y con la maquinaria preparada volvemos a una rutina que nos encanta... estar en contacto con vosotros hablando de altas capacidades.

 


lunes, 16 de junio de 2025

Lunes 16 de junio Altas capacidades e hipersensibilidad táctil


Existen personas de altas capacidades que tienen hipersensibilidad sensorial. A menudo hablamos de la hipersensibilidad auditiva (ruidos), la visual (las luces), la olfativa (olores y malos olores), la gustativa (el sabor y la textura de los alimentos) y hoy hablaremos de la hipersensibilidad táctil. Veremos tres puntos estrella: el sudor, la saliva y la arena.


Ejemplo 1.- Maestro de educación física que dice: “Poneos en círculo y daros las manos”. Se oye una vocecita que dice: “¡Yo, no!”. ¿Qué ocurre? A Alberto le toca dar la mano a un compañero que tiene las manos sudadas y él lo sabe. Quizás el maestro no lo sabe, y vivirá la respuesta como una desobediencia directa y no es así, no tiene nada que ver con el maestro, es mucho más prosaico. Si no corre la información puede haber malentendidos.


Ejemplo 2.- Un grito en clase "Ecs, ¡Qué asco! ¡Pablo me ha chupado el lápiz!" La respuesta de la maestra puede ser “límpialo y no hagas un problema”. Pero para Laura, es imposible. Debería lavarlo con jabón o con lejía... o mejor tomar un lápiz nuevo.


Ejemplo 3.- En otra situación el problema podría ser la arena de parque o de la playa. Hay niños que no pueden soportar tocar la arena y que se les pegue en las manos y/o en los pies. Hay niños que nunca solicitan estos dos espacios. Algunos tienen la misma sensación con el barro o la pasta de moldear y esto puede imposibilitar actividades de educación plástica en la escuela.


Hemos presentado tres ejemplos de situaciones imposibilitantes. Estos niños pueden modificar estos comportamientos muy despacio con entrenamiento consciente. Podemos ir pautando actividades que permitan irse acercando a conseguir atender de manera no reactiva a estos estímulos. A ellos les resultan muy desagradables hasta que quedan neutralizados y no interfieren en su vida cotidiana.

El vínculo y la escucha activa nos llevan a conocer de primera mano cuáles son estas cosas que les hacen saltar y no les permiten controlar sus acciones y consiguen que se muevan de forma exagerada o paralizante y sin dar explicaciones, simplemente siendo reactivos. A los ojos de los demás si no conocen la situación, si no se dan cuenta de la magnitud real, no entienden nada… la comunicación es esencial para conseguir una buena convivencia.

jueves, 5 de junio de 2025

Jueves 5 de junio La elecciones y las altas capacidades

 

Es muy curioso que muchos niños y jóvenes con altas capacidades tengan muchas dificultades para escoger. Empezamos con la elección de materias en  Secundaria. De hecho, excepto aquellos que lo tienen clarísimo, los alumnos de 3ESO en su primera elección de materias escolares de 4ESO ya empiezan a sufrir. A algunos les van tan bien las ciencias, como las letras como las actividades más artísticas y les cuesta decidir por cuál se decantarán en 4ESO. La parte más artística suele estar pensada para los alumnos con más dificultades para que puedan derivarlos hacia formaciones profesionales. Después llegará el Bachillerato, donde habrá que afinar más la elección de estudios. Generalmente orientamos a los superindecisos con buenos resultados, hacia el Bachillerato científico que abre más puertas (tanto el de la salud como el que va hacia las ciencias más experimentales) dado que las letras ya las cursarán en las materias comunes.


Pero no hay que llegar a estas superelecciones, a veces las dificultades se presentan en las elecciones en las pequeñas actividades escolares diarias. Una redacción o un dibujo de tema libre puede ser vivido como un problema de estado. Elegir un animal para estudiar en ciencias o la elección de un personaje famoso para hacer una descripción en castellano o inglés. Pueden hacer dos o tres actividades que acaban rotas en la papelera y quedarse, con un poco de suerte, con la cuarta. A algunos les cuesta mucho elegir porque todo es interesante, y escoger no consiste al elegir una opción, sino en no elegir todas las restantes. Éste es el problema. Los temas descartados tienen características que les hacen dignos de ser escogidos. Algunos prefieren cuando les damos una base para continuar: unas líneas del dibujo, una frase de inicio o indicaciones como que el animal tiene que ser mamífero, africano, ave; o el personaje tiene que ser artista, científico o de la antigüedad.


Trabajando con familias les proponemos que desde muy pequeños vayan haciendo prácticas de elecciones. Al final de la cena se les presenta una tríada de postres para elegir: lácteos (natillas, flan, yogur), fruta (melón, cerezas, plátano)… Cada día tienen que hacer una elección pero dentro de las propuestas, no de todo lo que sería posible o de lo que hay en la nevera. Mañana llegará otra elección. La elección es importante pero no nos bloquea porque mañana habrá otra. Tienen que aprender a disfrutar del resultado de sus elecciones. Algunas no son tan trascendentes, aunque para ellos todas lo parezcan. Hacer experiencia y después poder poner la parte cognitiva y hablar de ello siempre es interesante. Para ellos, que piensan siempre, es como darles buena leña para quemar.


También podemos trabajar la elección a través de la ropa (si van a la escuela con uniforme, nos quedan los fines de semana para practicar). Pensar en la ropa adecuada al lugar y la actividad que vayamos a hacer es muy interesante. Con los más pequeños podemos proponer dos looks a escoger. Los mayores harán su elección; aunque es bueno que la consigna sea consensuada y la elección propia. Con algunos quizás tendremos que tener la conversación informativa de ropa de trabajo y ropa de tiempo de ocio. De hecho, la elección empieza con la compra de la ropa en la tienda. La compra de la ropa es un momento muy interesante (colores, tejidos, estilos...). Vemos quién tiene un estilo muy marcado, quién va buscando, quien ya lo ha encontrado... Nuevamente iremos trabajando lo que durante el día puede ser vivido como un error, en la elección del día siguiente. (Ante la elección: el polo rojo o el azul; elegir uno puede hacer que todo el día se estén repitiendo que se tendrían que haber puesto el otro. Su rigidez a veces no les permite positivitzar ni al menos neutralizar un pensamiento y entran en un bucle que puede teñir el día.)


También podemos trabajar las elecciones en la decoración de su habitación o de una parte de ella, cuando son habitaciones compartidas. Cuando son pequeños lo haremos los adultos pero no siguiendo nuestros criterios y gustos, sino escuchándoles. A medida que vayan creciendo hay que darles su espacio y que lo vayan haciendo suyo. Podemos hablar de su espacio de estudio, del interior de un armario, de la puerta o de una pared.


Algunas decisiones llevan asociadas una larga cola... de personas, por ejemplo, en la tienda de los helados. Decidir cucurucho o tarrina ya es difícil. Cuando pasamos a decidir el gusto del helado ya es “para nota”. Una estrategia puede ser aprender a automatizar el hecho de acotar la elección. Podemos hacer una primera reducción a una tríada y escoger sin remordimientos porque llegará otra elección y podremos cambiar. También hay la posibilidad de los dos sabores en un helado. Siempre habrá una próxima elección. Pueden ensayar a hacerlo sin el adulto. Estas pequeñas herramientas les pueden comportar una mayor tranquilidad en su día a día.

lunes, 2 de junio de 2025

Lunes 2 de junio La lectura y las altas capacidades

 

Siempre hablamos de la gran diversidad entre los niños y jóvenes de altas capacidades. Su relación con la lectura no es una excepción. Encontramos lectores apasionados, otros que ven la lectura como una herramienta y otros que si pueden no se acercan a la lectura, porque por cualquier motivo no han automatizado la mecánica, la comprensión, el goce de la lectura y del aprendizaje que supone.


Empezamos con los que encuentran placer en la lectura. Os mostraré algunos ejemplos: el más pequeño, sin aprendizaje oficial de lectura, disfrutaba leyendo “Gerónimo Stilton” en I4; otro leía “El Hobbit” en 4PRI, un tercero leía “La vida es sueño” en 1º de ESO y el último, un chico que en 3º de ESO ya había leído toda la obra completa de Brandon Sanderson. Para estos niños y jóvenes lo que se les propone leer en la escuela es muy básico. Hay que hacer una adaptación que puede pasar para complementar con otros libros de su nivel lector. Alguna maestra lo combinó con que tuvieran que leer y hacer el control o la ficha del libro propuesto sin “castigarlo” a que lo tuviera que leer a lo largo de todo el trimestre. Si en la escuela hay alguna actividad de leer siguiendo el punto, aconsejamos se les proponga que lo puedan cambiar por otras actividades que sean beneficiosas por el centro. Nuevamente, nos sirve para los alumnos de altas capacidades y también para los buenos lectores aunque no sean de altas capacidades. Tenemos experiencia de alumnos que han colaborado en la biblioteca del centro (ordenar libros, colaborar en el préstamo, entrar datos en el ordenador...), leer con alumnos de cursos inferiores, participar en actividades con autores de cursos superiores, preparar kahoots de libros, preparar juegos de libros tipo dibujos para ordenar, preparar juegos de palabras para los más pequeños...


Continuamos con los que empezaron bien pero se pararon en seco. Una niña empezó a leer muy pronto, su nivel de comprensión era bueno pero en Primero de Primaria descubrió que no podía hacer las vocecitas que hacían su madre o su maestra leyendo los cuentos. En este momento puso el freno de mano, y dejó de leer. Su rigidez solo ayudó a que lo parase todo. Continuó con la lectura funcional de la escuela pero se acabaron los libros y los cuentos fuera de ella. Mantuvo los de la escuela porque era políticamente correcta pero paró la lectura como goce. La fuimos recuperando con la colaboración familiar. Tenía una pizarra en la habitación y los padres se encargaron que cada día hubiera una frase significativa que tuviera que leer. Después pasamos a trabajar personajes que nos permitían hacer vocecitas y leer las frases como si fuese estos personajes. Continuamos con los signos de puntuación que nos permitían trabajar la entonación. A partir de aquí pasamos a cuentos breves y fuimos complicando hasta reengancharla. Fue largo pero lo consiguió. Ahora, acabando la ESO vuelve a ser una gran lectora.


Acabamos con el grupo que solo leen lo que es imprescindible (y a veces, ni esto porque cuando el enunciado de mates es muy largo... desertan). A algunos les costó y tuvieron dificultades con la mecánica de la lectura, otros tuvieron dificultades con la comprensión y otros quizás todavía no han encontrado el libro que los abre la puerta en la narrativa. Para  estos alumnos suelo proponer lecturas muy cortas pero significativas. Lectura en voz alta: dos líneas ellos (preparadas, nunca lectura a primera vista) y el resto del texto la madre, el padre, los hermanos... quién tenga más paciencia y conexión positiva. Iremos aumentando poco a poco sus líneas a partir de su seguridad. Hay que hacer, o rehacer, una buena conexión con la lectura que es una de las puertas de entrada más importantes de información. Podemos empezar con textos breves de preguntas y respuestas de su interés. Para algunos son libros de preguntas y respuestas, de récords, artículos técnicos, biografías, revistas, revistas de divulgación científica... depende de las edades y los intereses. Los textos narrativos pueden esperar. De momento nos circunscribiremos a los que proponen en la escuela... y siempre acompañados.

Ahora, quizás no es el momento de empezar con los alumnos del tercer grupo pero es una buena propuesta de verano. Necesitamos planificación, tranquilidad y un punto de dedicación. Está claro que lo necesitará y lo primero que tiene que estar convencido/a de que merece la pena ponerse es él o ella misma. Por lo tanto, primero hay un trabajo con ellos de mostrar, no imponer, la necesidad y seducir para que pueda entrar en la lectura. No es un castigo, es un aprendizaje de base.

Con los que presentan dificultades de lectura puede ser bueno ir a un especialista, logopeda, para descartar problemas físicos y que nos pueda dar herramientas para trabajar sus fortalezas en un apartado que les es difícil y a menudo rechazan por miedo al fracaso.

Cuando lo necesiten, lo deseen... leerán. Hace falta que tengan la mecánica muy automatizada para que les permita pensar solo en el contenido. Así nos podremos ir acercando a la lectura como goce.

lunes, 26 de mayo de 2025

Lunes 26 de mayo ¡Jugamos con juegos de mesa!

 

Los humanos necesitamos jugar. Aprendemos jugando. No solo los niños, también los adultos. Hoy hablaremos de los juegos de mesa. Generalmente los usamos en casa. Desde muy pequeños podemos jugar a juegos de mesa en familia y lo podemos seguir haciendo cuando son adolescentes o jóvenes.

Para jugar necesitamos saber seguir instrucciones. Tenemos que poder seguir normas cuando nos son beneficiosas, y también cuando no, y esto no es fácil. Según las edades empezaremos con reglas del juego sencillas y poco a poco se podrán ir complicando. Generalmente, hablamos de reglas fijas que se pueden pactar antes de empezar el juego y no se pueden variar una vez el juego ya ha empezado. Hay personas muy competitivas y otras que no lo son, pero independientemente de la competitividad de cada cual, todos tenemos que aprender a jugar, a ganar y a perder. Cuando uno gana implica que hay alguien que pierde. Algunos, para evitar esta situación sólo juegan a juegos cooperativos. Es interesante, pero el aprendizaje de jugar es un aprendizaje para la vida. El juego nos permite entrenar. A veces ganaremos, otros perderemos y tenemos que hacerlo con estilo. Recordad que los adultos somos modelos y referentes para los niños. Nos observan y aprenden de lo que hacemos no sólo de lo que decimos. Muchos viven el juego con intensidad. Tienen que aprender a convivir con el éxito y el fracaso. Hay que saber ganar y perder, con estilo.

Pero no aprendemos a jugar únicamente con los juegos de mesa. El deporte o los juegos de patio son actividades en las que también hacemos prácticas de seguimiento de normas y también de sociabilización.

¿Qué hace que ganemos o perdamos? Hay veces que es por el azar, en otras ocasiones depende de la habilidad de los jugadores o de su estrategia.  

Alberto cursa Tercero de Primaria, lleva muy mal cuando pierden con su equipo de fútbol, en cambio su manera de perder era totalmente diferente cuando se trataba de las partidas de ajedrez. En el ajedrez, él era consciente de que estaba empezando y que había niños que llevaban más tiempo jugando, sabían usar más estrategias y por tanto eran rivales más fuertes. No estaba contento, pero no le dolía perder. La valoración de los rivales en el fútbol era diferente. Esta temporada los equipos contrarios son muy parecidos a su equipo con jugadores buenos y otros no tan buenos; por lo tanto cree que si no son capaces de ganar es por falta de implicación. No habían hecho todo lo posible. Exige, porque también lo hace con él, máxima implicación y máxima eficacia para todos los integrantes del equipo. En cualquier caso es conveniente que sean capaces de observar qué ha pasado, que han hecho y ser capaces de hacer la reflexión que los llevará a ajustar qué podría haber sido su actuación. Tenemos que acompañar a Alberto a vivir de una manera adecuada el hecho de ganar y perder en cualquier situación (tanto en el fútbol como en el ajedrez).

¿Cómo les podemos ayudar a aprender a ganar y perder? Es del todo desaconsejable dejarles ganar siempre, sobre todo con la excusa de que no se enfaden. También es desaconsejable no dejarles ganar nunca para que se hagan fuertes. Podemos utilizar juegos de azar, que hacen que a veces ganen unos y otras veces otros. Después podemos ir pasando a juegos de habilidad, ajustándolos a las habilidades de los niños. Fair play, respecto al contrincante, implicación en el juego, respecto al juego y a un mismo... Intentaremos poner palabras a lo que sentimos en cada momento. Es una manera de seguir trabajando la metacognición. Cómo pensamos, como aprendemos, como podemos mejorar...

Merece la pena jugar y pasarlo bien antes, durante y después del juego. Con el juego aprendemos a vivir y también a encarar la incertidumbre, el error y las emociones.